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La grieta en el blindaje de la derecha populista internacional en tiempos de Donald Trump

Debate de ideas con respuestas prometedoras al trumpismo en Brasil y Francia y con el nuevo partido de Corbyn

La izquierda tiene una oportunidad  de oro para convertirse en el verdadero defensor del  pueblo soberano

Movimientos sociales queman un cartel con la imagen del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante una manifestación en defensa del Gobierno de Lula da Silva en Sao Paulo este mes  (Brasil). 

Sebastiao Moreira / EFE

Aunque muchos vean un inexpugnable tanque Panzer esperando a la vuelta de la esquina, hay grietas en el blindaje de la nueva derecha populista que crece a escala internacional. Solo hace falta verlas, acercarse, y tal vez insertar en el hueco un artilugio improvisado explosivo.

La fisura más visible en la armadura de los ultranacionalistas defensores de todo por la patria es su servilismo ante los avatares y los caprichos de la potencia estadounidense —aún más con Donald Trump en la Casa Blanca—. 

Denunciar la hipocresia de la derecha nacionalista en el resto del mundo por su pasividad ante las injerencias de Trump en asuntos nacionales debería ser una oportunidad de oro para la izquierda. 

América Latina, es, como en muchas otras ocasiones, el ejemplo a seguir. La izquierda latinoamericana siempre ha entendido  que la defensa del Estado nación y del “pueblo” nacional es perfectamente compatible con el internacionalismo y el anti racismo . Un ejemplo actual es  Brasil, donde Lula acaba de encontrar la ruta para realizar un demoledor  contraataque al bolsonarismo tras el anuncio de aranceles estadounidenses contra Brasil.

Trump, de repente, ha adoptado una postura agresiva con Brasil tras meses de indiferencia. No solo anunció  el arancel del 50% aplicado a las importaciones brasileñas, sino una retirada del visado a los jueces del Tribunal Supremo Federal (STF), una extraordinaria injerencia en el sistema jurídico de un país soberano. Es la respeusta del presidente estadounidense   a las insistentes presiones de la familia Bolsonaro —concretamente, el hijo Eduardo,  afincado en EE.UU.— que acusan al STF y, sobre todo, al juez Alexandre de Moraes, de realizar una persecución judicial contra su padre.

Acusado de participar en un intento de golpe en 2022–23, el expresidente ultra ya tiene que llevar un grillete electrónico lo que el bolsonarismo ha convertido en un símbolo de su lucha contra el estado “comunista”. Trump ha respondido. Explicó las nuevas medidas contra Brasil por la supuesta persecución a Bolsonaro, así como las medidas del STF contra la desinformación propagada por la derecha en redes sociales.  EE.UU. ha actuado -insiste  Eduardo- para defender la democracia y la libertad brasileñas frente al comunismo de Lula y Moraes, 

Pero , como era de prever, el tiro trumpista salió por la culata. La burda injerencia estadounidense ha dinamitado la credibilidad del  discurso nacionalista del propio bolsonarismo, centrada en  su mantra  Deus ,patria e familia. Ha permitido que Lula, tras meses en los que su popularidad había caído en las encuestas, vaya a la ofensiva, con una defensa clásica de  la soberanía del pueblo brasileño frente a un neoimperialismo estadounidense. “Trump no fue elegido como un emperador”, dijo el presidente de izquierdas la semana pasada. “¡Un gringo no le da órdenes a Brasil!”, añadió.

Lula realiza una defensa clásica de la soberanía  brasileña frente a un neoimperialismo estadounidense

En lugar de acobardarse ante las amenazas de Trump, el gobierno brasileño ha anunciado que tomará represalias. Aunque el tono durante la cumbre de los BRICS en Río hace dos semanas —antes de las medidas de Trump— fue de conciliación, ahora Lula se ha dado cuenta de la oportunidad que le ofrece el bullying arrogante de EE.UU. y su narcisista presidente.

Los resultados están claros. La izquierda brasileña defiende la soberanía nacional frente al agresor imperial y la mayoría de los brasileños lo aplauden. La derecha bolsonarista, en cambio, parece estar traicionando a su país. ”Hate Brasil ;love Bolsonaro”, sale de la boca de una caricatura de  Trump en una protesta en Sao Paulo. Según la encuesta Pulso Brasil/Ipespe publicada el martes 24, la postura del Gobierno de Lula ante las amenazas de Trump es aprobada por el 50 % de los brasileños y rechazada por el 46 %. La aprobación a Lula ha subido al 50 %, mientras que la de los Bolsonaro ha caído en picado. Para el 53 % de los encuestados, aproximarse a  Trump perjudicará a los candidatos a la Presidencia de la República en las elecciones de 2026. La defensa del pueblo soberano ya es -una vez más- la baza de la izquierda.

Claudia Sheinbaum, presidenta y líder de la izquierda mexicana, ha optado por una política más conciliatoria con Trump, pero su defensa clara de la soberanía del pueblo mexicano frente a las amenazas de Trump ha llevado su aprobación en las encuestas por encima del 80 %. Andrés Manuel López Obrador defendía la transformación del país bajo criterios de equidad y soberanía, -la llamada 4T- utilizando sn su discurso al pueblo como el sujeto heroico  del cambio.

La izquierda latinoamericana tiene una ventaja  Al ser del sur global, el nacionalismo en América Latina dificilmente puede confundirse con el chovinismo racista de los nacionalismos del norte. Pero la formula puede valer para Europa también. En  tiempos de extrema desigualdad en los que una gran masa de gente incluso en los países ricos, se definen colectivamente como los perdedores frente a  elites enriquecidas por el capitalismo globalizado, el pueblo se convierte en un sujeto de transformación social incluso en países como Francia o España.   Y, con  Trump en la Casa Blanca, la oportunidad es enorme. Los trumpistas europeos -desde Meloni y Abascal a Farage o Ayuso- ondean la bandera pero detras se ven las barras y las estrellas y los logos de Tesla y Paypal. Hay líderes de la izquierda europea que entienden la oportunidad. 

Jean-Luc Mélenchon, en esta entrevista, explica que el pueblo francés  es el sujeto que liderará la revolución social. “No es solo la clase trabajadora, sino el pueblo”, dice . “Yo hubiera preferido otro término que no fuera ‘pueblo’ porque aporta confusión; puede ser el pueblo del siglo XIX o  el pueblo del siglo XX”, dijo el marxista Mélenchon. “Pero la misma gente se define así. Dicen: ‘¡El pueblo no quiere eso!’ cuando se reúnen en mitines”.

Mélenchon comprende que un movimiento popular como los chalecos amarillos no se define como una colectividad mediante una prueba de corrección política de sus actitudes culturales y sociales, sino por una  condición compartida de sometimiento a las arbitrariedades del capitalismo en su fase más salvaje. Es más , cada vez mas su alternativa  de populismo de izquierdas basada en el pueblo pone de manifiesto el falso nacionalismo de Marine Le Pen, otro “patriota” subordinado al igual que Bolsonaro del Make America Great de trump.

El movimiento de 'le peuple' de Melenchon delata el falso nacionalismo de  Le Pen, subordinada al Make America Great

 En un discurso que ha ido  ampliando el apoyo a la izquierda insumisa en Francia, Mélenchon arremete contra los pusilánimes líderes europeos que defienden una Europa  más papista que el Papa en su política respecto a la OTAN y Washington, enfrentada a Rusia y China. ”¡Trump los tiene agarrados por las pelotas!”, dijo en referencia a Macron, Starmer y Merz. Por supuesto, la defensa del pueblo como agente de cambio requiere una reconfiguración del apoyo ciego que la izquierda ofrece al proyecto europeo .

Asimismo, el nuevo partido Your Party, creado esta semana por Jeremy Corbyn y Zara Sultana –que comentaré en detalle en el próximo post– pretende arrancar apoyo a la derecha populista de Nigel Farage y su Reform Party al demostrar la vaciedad de su “patriotismo”. Basado en una “lucha de clase con una sonrisa”, el nuevo partido de revolución social británico no rechazará a los votantes de la derecha populista porque son xenófobos, racistas o machistas, sino que “entrará para sacar parte del apoyo de Farage”, dijo uno de sus seguidores que, de forma significativa, protagoniza una tertulia en el canal de la derecha GB News. El nuevo partido tendrra “algo incofundiblemente britanico ” como el primer disco de The Streets,” dijo James Schneider en New Left Review.(”Something you’ve never heard before, yet instantly recognisable; unmistakably British and rooted in everyday life, from the pubs to the pavements”, dijo).  

El nuevo partido Your Party, de Corbyn y  Sultana pretende arrancar apoyo a la derecha populista de Nigel Farage

Creo que hay algo que se debe aprender aquí, sobre todo en España, donde hablar del pueblo como una fuerza de cambio suele provocar crisis de nervios en la izquierda que prefiere categorías importadas desde el progresismo estadounidense como “minorías”. Mientras que Lula y Mélenchon apuestan por unificar a la gente en torno a  a una revolución que abarca  a todas las etnias e identidades sexuales en su llamamiento a una revolución del pueblo, en España la izquierda parece querer enmarcar la política en una lucha de minorías en contra del “pueblo”, un colectivo percibido ya como algo apropiada ya por la derecha populista y xenofoba.  A diferencia de Corbyn y Sultana, no  hay interés en excavar en el voto de la derecha populista  sino que se limita a demonizar a todos sus votantes. La reacción a Trump en España, asi mismo,  es de pesimismo sin limites que roza el  pánico. Pero  ya se ha visto en la inteligente táctica de disidencia empleada por Pedro Sanchez ante las presiones en favor del rearme, que una puerta se abre . Parafraseando a Manuel Vázqez Montalbán, contra Trump puede que  vivamos mejor.