La aspirina habilita al sistema inmune para evitar que el cáncer forme metástasis, según una investigación liderada por la Universidad de Cambridge que se presenta hoy en la revista Nature.
Los resultados concuerdan con los de estudios anteriores que habían observado que pacientes con cáncer que toman aspirina a diario tienen menos riesgo de desarrollar metástasis, pero que no habían identificado el motivo ni demostrado causalidad. Los autores de la nueva investigación, realizada con ratones, advierten que es prematuro recomendar aspirina de manera indiscriminada a personas con cáncer, ya que falta identificar para qué pacientes los beneficios superan a los riesgos.
“La aspirina es de bajo coste y fácilmente accesible, pero no está exenta de efectos secundarios significativos”, declara Rahul Roychoudhury, director de la investigación, en un correo a La Vanguardia. “Los pacientes no deberían tomar aspirina para prevenir la metástasis sin consultarlo antes con su oncólogo o médico de familia, que podrá evaluar los beneficios potenciales frente a los riesgos en su caso particular”.
La investigación ha descubierto que la aspirina capacita a las células T del sistema inmune para eliminar células cancerosas con potencial para causar metástasis. Concretamente, la aspirina actúa sobre las plaquetas de la sangre, donde inhibe la producción del lípido TXA2 (o tromboxano A2). El TXA2, por su parte, tiene un papel inhibidor de las células inmunes T. Al inhibir al inhibidor, la aspirina mantiene activas las células T.
Los investigadores advierten que es prematuro recomendar aspirina de manera indiscriminada a personas con cáncer
Estos resultados concuerdan con los de un estudio de más de 17.000 personas del Reino Unido con enfermedad cardiovascular, de las que aproximadamente la mitad tomaban aspirina a diario para prevenir problemas de coagulación. En esta población, en la que se diagnosticaron 987 casos de cáncer, la tasa de metástasis fue un 36% más baja entre los pacientes que tomaban aspirina. En la misma línea, un metaanálisis de 118 estudios de pacientes con cáncer ha observado que el uso de aspirina se asocia a una reducción de alrededor del 20% de la mortalidad por cáncer.
Pero los resultados difieren según el tipo de cáncer que se analice y según las poblaciones de pacientes estudiadas. Incluso hay un estudio de 19.000 personas mayores de 70 años de Australia y EE.UU. que indica que la aspirina tiene un efecto negativo sobre la progresión del cáncer en fases avanzadas de la enfermedad.
“Es necesario identificar biomarcadores para establecer los tipos de cáncer y las poblaciones de pacientes en que la aspirina tiene más eficacia”, escriben los autores de la investigación en Nature.
Estudios anteriores habían visto que la aspirina puede mejorar el pronóstico del cáncer, pero no habían descubierto por qué ni demostrado causalidad
Es “un artículo científico excelente” y “un avance muy valioso para convertir esta posibilidad [de utilizar la aspirina o fármacos similares para la prevención de metástasis] en una realidad en la práctica clínica”, declara Joan Massagué, director del Instituto Sloan Kettering de Nueva York y referente mundial en el estudio de las metástasis, que no ha participado en la investigación.
Según Massagué, “los nuevos resultados están bien alineados con las nuevas evidencias” de que las metástasis se originan a partir de células que escapan a la presión del sistema inmune antes de que el tumor inicial sea diagnosticado y tratado. “Por lo tanto, tratamientos que refuercen o aceleren la acción del sistema inmune sobre la metástasis latente serían, en mi opinión, la mejor manera de prevenir las metástasis”.
“Nuestra investigación sugiere que la aspirina potencia las respuestas inmunes contra las micrometástasis”, declara Roychoudhury a La Vanguardia. Por ello, “su beneficio podría ser máximo para pacientes con cánceres en estadios iniciales que han sido tratados con intención de curar pero pueden tener micrometástasis no detectadas”.
“Es un avance muy valioso para convertir esta posibilidad [de utilizar la aspirina para prevenir metástasis] en una realidad en la práctica clínica”
Por el contrario, la aspirina no aportaría el mismo beneficio para frenar la progresión del cáncer después de que se hayan diagnosticado metástasis, lo que podría explicar los resultados del estudio de Australia y EE.UU. que detectó que la aspirina empeoró el pronóstico de cáncer entre los pacientes estudiados.
Sobre los tipos de cáncer para los que la aspirina podría ser más útil, el estudio británico de personas con enfermedad cardiovascular detectó el mayor beneficio en pacientes con adenocarcinomas. Se trata de un tipo de tumores que incluyen la mayoría de cánceres de mama, de próstata y de colon, y un porcentaje importante de cánceres de pulmón. Por el contrario, no incluyen otros cánceres como glioblastomas (tumores cerebrales), linfomas o sarcomas.
La investigación se ha hecho en ratones; hay ensayos clínicos en curso de uso de aspirina en personas con cáncer
Para poder recomendar la aspirina para la prevención de metástasis, “es necesario realizar estudios prospectivos basados en los tipos de tumor y, aún más importante, en el estado inmunogénico de los tumores”, declara Josep Tabernero, director del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO). Tabernero recuerda que en el cáncer colorrectal, en el que es especialista, se ha observado un beneficio de la aspirina en función de los antígenos de las células tumorales (es decir, las proteínas de los tumores que estimulan el sistema inmune).
Otros fármacos antiinflamatorios de consumo habitual como el ibuprofeno o el naproxeno también inhiben la producción del lípido TXA2 en las plaquetas y podrían tener efectos preventivos de la metástasis, señalan los investigadores de la Universidad de Cambridge. Pero de todos ellos la aspirina es el que ofrece mayor seguridad, ya que cuenta con una larga experiencia de uso diario a dosis bajas en personas con enfermedad cardiovascular.
De cara al futuro, se podrían diseñar fármacos más selectivos que potencien la acción contra las metástasis con menor toxicidad, señalan los investigadores en Nature.
“Para poder recomendar la aspirina, es necesario realizar estudios prospectivos basados en el estado inmunogénico de los tumores”
Por ahora, hay unos primeros ensayos clínicos en curso para evaluar de manera prospectiva el potencial de la aspirina para prevenir metástasis, informa Roychoudhury. Cita como ejemplo el ensayo ADD-Aspirin, liderado por el University College de Londres, en el que participan 11.000 pacientes con cánceres de mama, próstata, colorrectales y gastroesofágicos diagnosticados en fases iniciales.
“Pienso que el mensaje que hay que transmitir a los pacientes en este momento es de optimismo prudente, acompañado de asesoramiento médico”, declara Roychoudhury, quien recuerda que “nuestra investigación se ha hecho en modelos de ratón" y que “la evaluación de beneficio y riesgo varía de manera sustancial entre personas en función de la edad, las comorbilidades y las medicaciones asociadas”.