Llegan las Perseidas para llenar de nuevo el cielo de estrellas fugaces

Lluvia de estrellas

Como cada año a mediados de agosto, las noches se iluminarán con el trazo luminoso de los meteoros de la popular lluvia de estrellas de las Lágrimas de San Lorenzo, con el máximo previsto para la noche del 12 al 13 de este mes

La noche del próximo 12 de agosto se espera el máximo de actividad de las Perseidas, una de las lluvias de estrellas más populares del año

Para la noche de mañana, 12 de agosto, se espera el máximo de actividad de las Perseidas, una de las lluvias de estrellas más populares del año 

NASA/JPL

Las Lágrimas de San Lorenzo, técnicamente denominadas las Perseidas, constituyen una de las lluvias de estrellas fugaces más espectaculares del calendario, junto con las Gemínidas del mes de diciembre. Se trata de un fenómeno que retorna fielmente a nuestros firmamentos nocturnos cada año a partir de mediados del mes de julio y que se extiende hasta finales de agosto.

Y es que durante estos días, la Tierra se acerca a la órbita de un cometa, llamado Swift-Tuttle, que ha sembrado su trayectoria con gran cantidad de diminutas partículas. Son estos pequeños materiales los que entran en nuestra atmósfera y, por fricción con el aire, se incineran dejando tras de sí espectaculares trazos luminosos.

Según la previsión del Instituto Geográfico Nacional (IGN), este año 2025 se espera que el máximo número de meteoros se pueda percibir durante la noche del 12 de agosto hacia las 22:00 (hora peninsular). Esta fecha, sin embargo, coincide con una fase muy iluminada de la Luna, lo cual puede dificultar la observación de las estrellas fugaces más débiles.

Polvo de cometas

El sistema solar contiene gran cantidad de objetos menores que se mueven en órbitas muy diversas alrededor del Sol. Los cometas son unos de estos cuerpos celestes, y se caracterizan por ser poco compactos y ricos en hielos (no sólo de agua, sino también de diversos gases).

Estos compuestos volátiles se evaporan cuando la temperatura del cometa, al acercarse al Sol, aumenta. Con ello, los gases arrastran hacia el espacio gran cantidad de material en forma de minúsculos fragmentos que, típicamente, tienen tamaños del orden de milímetros. De esta manera, la órbita de un cometa queda repleta del polvo desprendido en cada uno de sus pasos próximos al Sol.

Si se da la circunstancia que la Tierra, en algún punto de su órbita, se aproxime a la del cometa, durante esos días nuestro planeta barrerá muchos de los fragmentos que el objeto haya eyectado al espacio. Estos materiales entrarán, a gran velocidad, en la atmósfera y se desintegrarán al calentarse debido al rozamiento con el aire, provocando los trazos luminosos de los meteoros.

En este esquema se puede apreciar la configuración orbital que genera la lluvia de estrellas de las Perseidas

En este esquema se puede apreciar la configuración orbital que genera la lluvia de estrellas de las Perseidas 

Planetario de Montevideo

Así, anualmente se producen numerosas lluvias de estrellas, cada una de ellas asociada a un determinado cometa (en algún caso particular, como es el de las Gemínidas, también a un asteroide). Concretamente, las Perseidas tienen su origen en el cometa 109P/Swift-Tuttle.

La localización del radiante de las Perseidas

La localización del radiante de las Perseidas 

Instituto Geográfico Nacional IGN

Estos fenómenos reciben nombres derivados del punto en la bóveda celeste, llamado radiante, del cual parecen provenir sus meteoros. En el caso de las Lágrimas de San Lorenzo, este lugar se sitúa en la constelación de Perseo.

Guía para la observación

Las Perseidas acostumbran a no defraudar y generan un gran número de estrellas fugaces, con registros que pueden alcanzar los centenares de meteoros por hora. Sin embargo, existen diferentes parámetros que afectan a la visibilidad del fenómeno y que pueden moderar la cifra anterior.

La meteorología es uno de estos factores, igual que lo es la calidad del cielo por lo que se refiere a la ausencia de iluminación. Por tanto, es clave alejarse de las luces urbanas y acceder a cielos lo más oscuros posibles. Si ello no fuese viable, lo mejor es contemplar la lluvia de estrellas desde una posición elevada por encima de las luces de las calles.

Perseidas fotografiadas desde la isla de La Palma

Perseidas fotografiadas desde la isla de La Palma 

Daniel López

En este mismo sentido, se debe evitar la presencia de fuentes luminosas que puedan perjudicar la dilatación de las pupilas, como por ejemplo pantallas de teléfonos móviles o linternas de luz blanca (una débil iluminación de tonalidad roja es perfectamente tolerable).

A diferencia de lo que ocurrirá en 2026, cuando el máximo de las Perseidas coincida con una fase lunar nueva, este año el fenómeno ocurrirá pocos días después de la luna llena del día 9 de agosto. En la práctica, esto significa que nuestro satélite natural brillará potente en el firmamento, por lo que la mejor estrategia consistirá en darle la espalda y empezar a observar tan pronto como caiga la noche, antes que la Luna se eleve demasiado por encima del horizonte.

La lluvia de meteoros de las Perseidas alcanza su máximo a mediados de agosto. Meteoros como estos pueden depositar metales en la ionosfera terrestre, lo que contribuye a la creación de estructuras nubosas llamadas capas Esporádicas-E.

Composición fotográfica que muestra la trayectoria de diversos meteoros de las Perseidas 

NASA/PRESTON DYCHES / Europa Press

Los meteoros pueden aparecer en cualquier punto del firmamento, a pesar que, si se alarga el trazo de luz con la imaginación, todos ellos parecerán haberse originado en el radiante de la constelación de Perseo. Por ello, lo más aconsejable es situarse en una posición cómoda que permita abarcar, con la mirada, una región de firmamento lo más extensa posible evitando la presencia de obstáculos que puedan limitar la visión.

Aunque el máximo se prevé para la noche del 12 de agosto, las Perseidas suelen alargar su espectáculo, y son visibles desde unos días antes y todavía durante unos días después. Esta circunstancia facilita la caza de meteoros incluso si, por cualquier motivo, no es posible observar en la noche del máximo.

Una paradoja

Resulta sorprendente que la lluvia de estrellas más familiar del año tenga su origen en uno de los objetos potencialmente más peligrosos que se conocen: el cometa 109P/Swift-Tuttle, con unas dimensiones de 26 kilómetros.

Precisamente, el fenómeno de las Perseidas ocurre cuando nuestro planeta se cruza con la órbita de este cometa, un objeto que visita periódicamente el interior del sistema solar cada 133 años. Aunque afortunadamente la probabilidad que la Tierra y el Swift-Tuttle coincidan en el espacio y en el tiempo es insignificante, al menos en los próximos miles de años, los astrónomos monitorizan constantemente este objeto por si alguna perturbación futura pudiese provocar variaciones preocupantes en su trayectoria.

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