Los posibles signos de vida hallados por la NASA en Marte

Vida fuera de la Tierra

Una de las rocas marcianas analizadas por el robot Perseverance muestra la presencia de minerales de hierro, fósforo y azufre que podrían ser indicativos de la acción de antiguos microorganismos cuando en el planeta rojo, hace miles de millones de años, existía agua líquida. La confirmación definitiva requerirá analizar el material en la Tierra

En esta imagen de Perseverance se observan las manchas oscuras en la formación rocosa llamada

En esta imagen de Perseverance se observan las manchas oscuras en la formación rocosa llamada “Cheyava Falls” que podrían ser indicativas de vida 

NASA/JPL-Caltech/MSSS

En una rueda de prensa celebrada el 10 de septiembre, y presidida por el administrador general en funciones de la NASA, Sean Duffy, la agencia espacial norteamericana ha anunciado que una de las rocas descubiertas por el robot Perseverance en Marte, en julio de 2024, podría contener las evidencias más claras que se han encontrado hasta el momento sobre la existencia de vida microbiana antigua en el planeta rojo.

En concreto, se trata de un patrón de pequeños nódulos oscuros, llamados informalmente manchas de leopardo por la NASA, que están formados por minerales de hierro, azufre y fósforo y con la presencia de compuestos orgánicos. En la Tierra, estas formaciones se encuentran habitualmente asociadas con la actividad de microorganismos.

Para descartar que estos compuestos pudiesen haber sido creados por procesos químicos no relacionados con la vida, los científicos han estudiado diversos escenarios plausibles, pero ninguno de ellos parece encajar bien con las condiciones de temperatura bajo las que se formaron estos minerales en Marte. Sin embargo, tal como han puntualizado los investigadores, la confirmación concluyente sobre el origen biológico de esta muestra sólo será posible si el material se transporta a la Tierra para someterlo a análisis profundos.

En cualquier caso, y a pesar de la prudencia necesaria, podría tratase del indicio más importante que jamás se haya encontrado sobre la presencia de vida fuera de la Tierra.

En un antiguo lago

Perseverance aterrizó, en febrero de 2021, en el cráter marciano Jezero, un destino cuidadosamente seleccionado por la NASA ya que se sospechaba que en un pasado remoto, hace unos 3.800 millones de años, este lugar fue un lago de agua líquida. Además, las imágenes tomadas desde satélites mostraban que allí podían existir rocas muy antiguas expuestas en la superficie y, por tanto, accesibles para el robot.

Después de explorar una parte del cráter y tomar diversas muestras, Perseverance se trasladó hacia uno de los valles que conectan con el antiguo lago y que seguramente albergó un río. Y fue allí, en concreto en un lugar llamado Bright Angel, en dónde se topó con una formación rocosa singular que, enseguida, captó la atención de los responsables de la misión.

Este es un auto retrato de Perseverance, tomado en la zona en la que recogió, en julio de 2024, la muestra que ha propiciado el anuncio de la NASA

Este es un auto retrato de Perseverance, tomado en la zona en la que recogió, en julio de 2024, la muestra que ha propiciado el anuncio de la NASA 

NASA/JPL-Caltech/MSSS

Manchas de leopardo

Las imágenes que se recibieron en la Tierra mostraban una superficie rojiza, probablemente barro que, hace miles de millones de años, fue depositado por las corrientes de agua que fluyeron por el canal. Además, la roca se veía moteada, llena de diminutas máculas oscuras (las manchas de leopardo). En ese momento, se decidió que el rover tomase un fragmento para su estudio (cada muestra que Perseverance ha recogido a lo largo de su exploración ha sido bautizada con nombre propio, y a esta le corresponde la denominación de Sapphire Canyon).

La muestra Sapphire Canyon, recogida y analizada por Perseverance

La muestra Sapphire Canyon, recogida y analizada por Perseverance 

NASA/JPL-Caltech/MSSS

El material fue analizado por dos de los instrumentos científicos del robot. Por un lado, el equipo SHERLOC, especializado en detectar compuestos orgánicos, confirmó la presencia de derivados del carbono. Y por su parte, PIXL, un microscopio de rayos X que puede determinar la composición química, detectó hierro, fósforo y azufre.

La conclusión de los científicos fue que la muestra se correspondía con los minerales vivianita (un fosfato hidratado de hierro) y greigita (un tipo de sulfuro de hierro), que se habrían formado a partir de reacciones químicas después que el agua ancestral depositase los sedimentos en el valle.

Más cerca que nunca para responder la gran cuestión

Es esta combinación de derivados de hierro, fósforo y azufre, juntamente con la presencia de material orgánico, lo que constituye una potencial biofirma, es decir, un posible indicio de vida. De hecho, en nuestro planeta estos minerales se encuentran asociados a la actividad de microorganismos. 

Así, Michael Tice, coautor del estudio e investigador del Departamento de Geología y Geofísica de la Universidad Texas A&M, en declaraciones a la CNN, ha dicho que “en la Tierra, este tipo de fenómenos a veces se forman en sedimentos donde los microbios se alimentan de materia orgánica y 'respiran' óxido y sulfato”.

Sin posibilidad actual para poder analizar la muestra en nuestros laboratorios, los científicos se han centrado en investigar si existe un contexto que pueda explicar estas estructuras sin necesidad de indicar vida. En particular, uno de estos escenarios implicaría procesos químicos a altas temperaturas, pero el estudio ha descartado esta posibilidad, ya que precisamente los indicios en los sedimentos sugieren un ambiente frío en el momento de la formación de los minerales.

Con prudencia, pero a la vez excitación, Nicky Fox, administradora asociada de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA, declaró en la rueda de prensa que “hoy les mostramos cómo estamos un paso más cerca de responder una de las preguntas más profundas de la humanidad: ¿estamos realmente solos en el universo?”.

Transporte a la Tierra

Cuando la NASA diseñó Perseverance, el proyecto confiaba con el desarrollo de una misión subsiguiente, consistente en el transporte a la Tierra de las muestras recolectadas por el robot para aprovechar las enormes capacidades existentes en nuestros laboratorios. En este sentido, no hay que olvidar que, en 1976, se aprendió una dura lección, cuando los experimentos bioquímicos que realizaron las sondas gemelas Viking in-situ en Marte parecieron confirmar la presencia de vida, un resultado que posteriormente se descartó y se atribuyó a cómo habían sido planteados los ensayos.

Esquema de la misión de transporte de muestras marcianas a la Tierra, un proyecto que actualmente carece de fecha concreta

Esquema de la misión de transporte de muestras marcianas a la Tierra, un proyecto que actualmente carece de fecha concreta 

NASA/JPL-Caltech

Los científicos consideran que sólo de esta forma, con análisis realizados en nuestro planeta, será posible confirmar si la posible biofirma de Sapphire Canyon es indicativa de vida pasada. Sin embargo, la misión que debería recoger y traer las muestras de Perseverance se encuentra, en estos momentos, en situación de riesgo.

Los importantes recortes presupuestarios que la administración Trump ha impuesto a la NASA han provocado que, en estos momentos, no exista un calendario establecido para la misión. Y en la rueda de prensa ofrecida por la NASA, Sean Duffy fue claro cuando declaró que la prioridad del programa espacial norteamericano era el retorno humano a la Luna, y luego la llegada de astronautas a Marte, aunque añadió que en cualquier caso se seguiría trabajando con las futuras misiones que deberían dar continuidad al trabajo de Perseverance.

Nueva carrera espacial

Este escenario de impasse podría abrir la puerta para que la primera misión de transporte de muestras marcianas a la Tierra la realizase China, un país que ha demostrado tener un programa espacial ambicioso y potente.

Ante esta posibilidad, el administrador general de la NASA en funciones se mostró tajante al afirmar que los Estados Unidos continuarían liderando la exploración del espacio. Y, de forma explícita, se refirió a lo que el gobierno Trump considera una nueva carrera espacial.

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