La Comisión Europea ha aprobado el fármaco donanemab para el tratamiento del alzheimer en personas con síntomas de deterioro cognitivo leve o demencia leve, según ha informado la compañía farmacéutica Eli Lilly. Se trata de un anticuerpo que elimina del cerebro las placas de proteína beta-amiloide -una de las dos proteínas principales implicadas en el alzheimer junto a la tau- y que ha retrasado la progresión de la enfermedad en ensayos clínicos.
Es el segundo anticuerpo contra la beta-amiloide que se aprueba en Europa para personas con alzheimer en fases iniciales, después de que la CE diera luz verde al lecanemab el pasado abril. Para tener acceso a los fármacos, los pacientes deberán esperar a que el ministerio de Sanidad acuerde su precio en España con las compañías que los han desarrollado -Eisai para el lecanemab y Eli Lilly para el donanemab-. Los neurólogos esperan que ambos fármacos estén disponibles en España a lo largo de 2026.
La llegada de los primeros tratamientos capaces de frenar la progresión del alzheimer supone un reto para el sistema sanitario, advierte Alberto Lleó, director de la Unidad de Memoria en el hospital de Sant Pau. Habrá que ampliar el diagnóstico precoz de la enfermedad para identificar a las personas que pueden beneficiarse de los anticuerpos, habilitar espacios en los hospitales para administrarlos por vía endovenosa y garantizar el seguimiento de los pacientes para monitorizar posibles efectos secundarios.
En Catalunya, el departament de Salut creó en febrero un grupo de trabajo multidisciplinario para preparar la llegada de los nuevos fármacos para el tratamiento del alzheimer, informa una portavoz de la conselleria.
La llegada de los tratamientos contra la proteína beta-amiloides supondrá un reto para el sistema sanitario
Tanto el donanemab como el lecanemab están indicados para personas con síntomas de deterioro cognitivo o de demencia y con diagnóstico de alzheimer confirmado, pero en las que los síntomas aún son leves y no interfieren en la vida diaria, informa Marc Suárez-Calvet, neurólogo del Barcelona Brain Research Center y del hospital del Mar.
En la UE quedarán excluidas del tratamiento personas en que las dos copias del gen ApoE sean del alelo ApoE4, ya que tienen un riesgo más alto de desarrollar microhemorragias o edema en el cerebro, un efecto secundario potencialmente grave de los anticuerpos contra la beta-amiloide.
El tratamiento, que se administra una vez al mes, tiene una duración de 18 meses. Según los resultados de los ensayos clínicos, al final del tratamiento el deterioro cognitivo y funcional de los pacientes se ha frenado y las placas de proteína beta-amiloide se han reducido de manera importante, y en algunos casos incluso han desaparecido completamente.

