En un ensayo clínico que muestra el potencial de la biopsia líquida para mejorar los tratamientos oncológicos, la detección de ADN tumoral en la sangre de pacientes con cáncer de vejiga ha permitido personalizar el tratamiento, ha reducido el riesgo de que la enfermedad reaparezca y ha aumentado la tasa de supervivencia.
El ensayo clínico se ha realizado con pacientes afectados por cáncer de vejiga infiltrante del músculo, que representan alrededor de un tercio de todos los cánceres de vejiga y tienen un riesgo alto de progresar a metástasis. Este tipo de cáncer, en que las células cancerosas se han extendido más allá de las capas internas de la vejiga y han invadido el músculo circundante, afecta a unas 7.000 personas al año en España.
Con más de 22.000 nuevos diagnósticos al año en España, el 80% de ellos en hombres, el cáncer de vejiga es el quinto más común después de los de colon, mama, pulmón y próstata, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
Se ha detectado ADN de origen tumoral en la sangre de un tercio de los pacientes operados por un cáncer infiltrante
A todos los participantes en el ensayo clínico se les había realizado una cirugía para extirpar el cáncer. Pero en un tercio de los casos se encontró ADN de origen tumoral en la sangre de los pacientes en los meses posteriores, lo que significaba que no se había eliminado completamente la enfermedad pese a no podía detectarse con las técnicas de diagnóstico radiológico.
En este colectivo, introducir el fármaco de inmunoterapia atezolizumab ha duplicado el tiempo que el cáncer permanece indetectable, que ha pasado de una mediana de 4,8 meses (con placebo) a 9,9 meses (con la inmunoterapia). En un 20% de los pacientes tratados con atezolizumab, el cáncer continuaba sin progresar tres años después. La mortalidad ha sido un 41% más baja entre los pacientes que han recibido la inmunoterapia que en el grupo placebo.
Los efectos secundarios, como era de esperar, han sido mayores entre los pacientes tratados con atezolizumab que en el grupo placebo.
El oncólogo Joaquim Bellmunt, con una camiseta de “Elimina el cáncer”, durante un acto para recaudar fondos para la investigación organizado por el Instituto de Cáncer Dana-Farber
“Esta es la primera vez que una inmunoterapia adyuvante [después de la cirugía] demuestra un beneficio de supervivencia entre pacientes seleccionados a partir del ADN tumoral circulante en la sangre”, declara el oncólogo Joaquim Bellmunt, director del Centro de Cáncer de Vejiga del instituto Dana-Farber de la Escuela Medicina de Harvard (EE.UU.) y codirector del ensayo clínico.
Los resultados de la investigación, en la que han participado 161 hospitales de 24 países, entre ellos 14 de España, se han presentado en el último simposio presidencial del congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica que termina hoy en Berlín y se han publicado simultáneamente en The New England Journal of Medicine.
Entre los pacientes en que no se detectó ADN tumoral en la sangre, y que no recibieron la inmunoterapia, el 95% continuaban sin signos detectables de cáncer después de un año de seguimiento.
“Los resultados indican que este test de ADN tumoral circulante detecta enfermedad residual y permite identificar a pacientes que aún tienen cáncer de vejiga después de la cirugía y podrían beneficiarse de recibir atezolizumab. Además, los pacientes que dan negativo en el test tienen un bajo riesgo de recidiva y pueden evitar tratamientos innecesarios”, declara Joaquim Bellmunt, que dirigió el instituto de investigación del hospital del Mar en Barcelona antes de ir a Harvard y que mantiene una posición a tiempo parcial en Barcelona como coordinador del grupo de investigación de tumores urológicos en el Hospital del Mar Research Institute.
Con estos datos, señala Bellmunt, las agencias reguladoras podrán decidir si el tratamiento estándar del cáncer de vejiga debe incorporar un test de ADN tumoral en la sangre y la terapia con atezolizumab en los casos en que el test sea positivo.

