Médicos de EE.UU. resuelven por primera vez el rechazo inmune al trasplante de un riñón de cerdo

Avance científico

La investigación de una persona en muerte cerebral acerca el objetivo de utilizar órganos porcinos para pacientes que fallecen esperando una donación 

El riñón de cerdo editado genéticamente, en el quirófano, poco antes de ser trasplantado

El riñón de cerdo editado genéticamente, en el quirófano, poco antes de ser trasplantado

Joe Carrotta / NYU Langone Health

Médicos de Estados Unidos han trasplantado un riñón de cerdo a un paciente en muerte cerebral, han resuelto con éxito una reacción de rechazo inmunitario y han conseguido que funcionara correctamente durante dos meses. El caso, presentado hoy en la revista Nature, es un avance hacia el objetivo de utilizar órganos porcinos para resolver la escasez de órganos para trasplante.

Se trata de la primera investigación que ha estudiado en detalle la reacción a medio plazo del sistema inmune a un xenotrasplante y la primera que consigue revertir el rechazo a un órgano de otra especie.

Los resultados despejan gran parte de las dudas sobre la capacidad de los riñones porcinos de suplir las funciones de los riñones humanos. “Nos da confianza de que podemos seguir avanzando”, declaró ayer en rueda de prensa Robert Montgomery, director del Instituto de Trasplantes Langone de la Universidad de Nueva York, que lidera el proyecto. Pero advirtió que “estamos al principio de este viaje”. 

El riñón porcino demostró que puede suplir las funciones de los riñones humanos

La intervención se realizó en un hombre de 57 años que quería ser donante de órganos y que había muerto por un tumor cerebral. Sus órganos no se podían trasplantar a causa del cáncer y los médicos, de acuerdo con la familia, decidieron mantenerle en la uci en estado de muerte cerebral pero con oxígeno y con el corazón latiendo.

Obtuvieron autorización para trasplantarle un riñón porcino y estudiarlo durante 61 días. Investigaciones anteriores de xenotrasplantes a personas en muerte cerebral habían durado menos una semana, tiempo suficiente para estudiar la reacción aguda inmediata del sistema inmune, pero insuficiente para estudiar la reacción a medio y largo plazo, cuando entran en juego los anticuerpos y linfocitos que atacan de manera selectiva a intrusos que identifican como enemigos.

El equipo médico asiste al traslado del paciente en muerte cerebral el último día del estudio

El equipo médico asiste al traslado del paciente en muerte cerebral el último día del estudio

Joe Carrotta / NYU Langone HealthCarrotta

Por lo menos tres personas vivas han recibido ya riñones de cerdo editados genéticamente (una en el Instituto Langone de Nueva York y dos en el hospital General de Massachusetts), pero no se les han podido hacer los estudios exhaustivos que son posibles en un paciente en muerte cerebral.

En la nueva investigación, el equipo del Instituto Langone ha practicado múltiples biopsias y extracciones de sangre al receptor del riñón, que han permitido hacer análisis genómicos, transcriptómicos y proteómicos exhaustivos a lo largo de los 61 días del estudio. “Puede que sea el humano más estudiado de la historia”, declaró Robert Montgomery en la rueda de prensa.

El riñón se trasplantó a un hombre de 57 años en estado de muerte cerebral a causa de un cáncer 

El xenotrasplante se realizó en julio de 2023. El cerdo donante pesaba 80,7 kilos y el paciente, 79,5, por lo que sus riñones eran casi del mismo tamaño. El animal había sido editado genéticamente para modificarle un único gen, el de la alfa-galactosa, responsable de la reacción de rechazo hiperagudo tras un xenotrasplante. Según Montgomery, esta “edición genética minimalista” facilitará en un futuro la cría de un número suficiente de cerdos para obtener gran cantidad de órganos para trasplante. Por el contrario, el riñón porcino trasplantado anteriormente en el Instituto Langone a un paciente vivo, que murió dos meses después de la intervención, tenía diez genes modificados.

Según los resultados presentados ahora en Nature, “el órgano porcino recapitula las funciones endocrinas y fisiológicas del riñón humano”. Es capaz de excretar con eficiencia fármacos de la sangre y responde correctamente a proteínas humanas como la hormona antidiurética, que es diferente de la versión porcina de la hormona.

Robert Montgomery, líder del proyecto de xenotrasplante, en el centro de la imagen

Robert Montgomery, líder del proyecto de xenotrasplante, en el centro de la imagen

Joe Carrotta / NYU Langone Health

Sin embargo, 33 días después del trasplante se produjo un fallo renal debido a una reacción inmunitaria mediada por anticuerpos y por células inmunes T. El problema, que se prolongó varias semanas, se acabó resolviendo con cinco sesiones de plasmaféresis (que consiste en separar el plasma del resto de la sangre) para eliminar los anticuerpos y con fármacos inmunosupresores para controlar las células T. Al final del estudio, 61 días después del trasplante, se había recuperado “una función renal excelente, a pesar del episodio de rechazo”, escriben los investigadores en Nature.

El equipo del Institute Langone tiene previsto realizar trasplantes de riñones porcinos a otras veinte personas en muerte cerebral y ha iniciado un ensayo clínico en el que 50 pacientes recibirán riñones de cerdo con diez genes modificados.

Los cirujanos examinan el riñón de cerdo trasplantado a un hombre después de restaurar el flujo sanguíneo al órgano

Los cirujanos examinan el riñón de cerdo trasplantado a un hombre después de restaurar el flujo sanguíneo al órgano

Joe Carrotta / NYU Langone Health

Según Montgomery, una vez se ha visto que los riñones porcinos pueden funcionar bien en personas, el principal obstáculo serán los problemas de rechazo inmunitario, especialmente los causados por las células T, pero “pienso que se podrán resolver”.

El director del Instituto Langone, referente mundial en xenotrasplantes, recuerda que solo un 3% de las personas con insuficiencia renal en Estados Unidos tienen acceso a un trasplante de riñón y que, aunque aumenten las donaciones, “nunca habrá suficientes órganos humanos para trasplante”. En España, de las 68.000 personas que necesitaban diálisis el año pasado, recibieron trasplantes poco más de 4.000 (un 6%).

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