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Los arqueólogos descubren en Inglaterra la evidencia más temprana del dominio del fuego hace alrededor de 400.000 años

Arqueología

El hallazgo de artefactos quemados por neandertales en Suffolk indica que el avance es 350.000 anterior de lo que se creía

Los arqueólogos descubren en Inglaterra la evidencia más temprana del dominio del fuego hace alrededor de 400.000 años

AP

El fuego no fue fácil de controlar. Hace más de un millón de años, en África, antiguas especies humanas probablemente comenzaron a utilizarlo a través de las llamas de incendios naturales. Dominarlo, sin embargo, requirió una especialización mayor que se consiguió hace unos 400.000 años en un campo de Suffolk (Inglaterra).

Impresión artística del dominio del fuego en Barnham hace unos 400.000 años 

Craig Williams / The Trustees of the British Museum

Un equipo de investigadores dirigido por el Museo Británico ha desenterrado la evidencia más antigua conocida de la producción de fuego, 350.000 años anterior de lo que se creía. Hasta ahora, la prueba más remota era de hace 50.000 años y se halló en el norte de Francia.

Un punto de inflexión para la humanidad

“Las implicaciones son enormes. La capacidad de crear y controlar el fuego es uno de los puntos de inflexión más importantes de la historia de la humanidad, con beneficios prácticos y sociales que cambiaron la evolución” de nuestra especie, dice el doctor Rob Davis, conservador del proyecto Caminos hacia la Antigua Gran Bretaña.

Dominar el fuego frotando madera o piedras fue una auténtica revolución, al nivel de la rueda, la agricultura, la industria o la tecnología. Y no se puede atribuir al Homo sapiens. Fueron algunos de los grupos de neandertales más antiguos los que probablemente lograron este avance.

El primer fragmento de pirita de hierro fue descubierto en Barnham en 2017 

Jordan Mansfield

Según explican los arqueólogos en un artículo publicado en la revista Nature, los habitantes de un asentamiento del Paleolítico situado cerca de Barnham (Suffolk) consiguieron calentar un trozo de arcilla, hachas de mano de sílex (que se rompieron por el calor) y dos pequeños fragmentos de pirita de hierro.

Los expertos han tardado cuatro años en demostrar que estas piezas fueron el resultado del dominio del fuego y no de un incendio forestal. Pruebas geoquímicas han confirmado que los objetos se sometieron a temperaturas superiores a 700 °C con el uso repetido de las llamas en el mismo lugar, lo que indica una fogata usada en varias ocasiones.

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Desde principios del siglo XX se sabía que una cantera de arcilla en desuso cerca del pueblo de Barnham contenía artefactos del Paleolítico Inferior. Las excavaciones iniciales se llevaron a cabo entre 1989 y 1994. Fue entonces cuando se encontraron conjuntos de artefactos y restos de flora y fauna que datan del Interglaciar Hoxniano, hace unos 400.000 años.

Hallar pirita de hierro, un mineral que se puede utilizar para golpear el pedernal y crear chispas para encender la yesca, fue otra clave importante. La rareza de este material en esa zona de Inglaterra sugiere que estos primeros pobladores conocían sus propiedades, dónde podía obtenerse y que la llevaban hasta el sitio indicado para hacer fuego.

Excavación de sedimentos de estanques de 400.000 años de antigüedad en Barnham 

Jordan Mansfield

Desarrollando esta capacidad, los humanos antiguos ya no dependían de los impredecibles rayos ni de los incendios casuales. “Hacer fuego les dio la libertad de elegir sus lugares de acampada, sin necesidad de alimentar las llamas continuamente, ya que podía reencenderse cuando y donde fuera necesario”, dicen los investigadores.

Este dominio tenía beneficios prácticos de protección y calor, lo que permitió a los humanos expandirse y prosperar en entornos más fríos y hostiles. Además, ampliaba la gama de alimentos que se podían consumir de forma segura al eliminar toxinas de raíces y tubérculos o patógenos de la carne mediante la cocción.

Un cerebro en aumento

Esto mejoró la digestión, liberando energía del intestino y nutriendo el cerebro. “El tamaño del cerebro estaba creciendo. Tener el dominio del fuego, permitió cocinar comida con la que obtener más energía, necesaria para el desarrollo de los humanos antiguos”, apuntó Davis en rueda de prensa.

La capacidad de procesar una mayor variedad de alimentos favoreció, además, una mejor supervivencia y la formación de grupos más numerosos. El control del fuego también proporcionó un centro social donde las personas se conectaban al anochecer.

Impresión artística de chispas de pedernal y pirita 

Craig Williams / The Trustees of the British Museum

La planificación, el intercambio de información y la socialización a la luz del fuego liberaban horas para la caza, la recolección y la fabricación de herramientas. Alrededor de una hoguera era el lugar perfecto para fortalecer las relaciones sociales, desarrollar el lenguaje, narrar historias o sistemas de creencias.

“La evidencia del uso del fuego rara vez se conserva y es notoriamente difícil de demostrar. La ceniza y el carbón pueden ser fácilmente arrastrados por el viento o el agua, y los sedimentos cocidos pueden erosionarse y dispersarse. Los artefactos calentados sobreviven, pero a menudo es difícil descartar una quema accidental en un incendio, lo que hace que la evidencia de Barnham sea tan excepcional”, apunta el profesor Nick Ashton, coautor del estudio.

Hacha de mano rota por el calor encontrada junto a una fogata en Barnham 

Jordan Mansfield

Otros yacimientos del Reino Unido, Francia y Portugal apuntan a un aumento de la importancia del fuego para los primeros humanos hace entre 500.000 y 400.000 años atrás. En Valencia y Catalunya también se encuentran ejemplos de ese importante desarrollo.

“El material con impacto térmico del abrigo de la Cansaladeta (Alt Camp) tiene una edad similar al yacimiento inglés. Aparece en varios niveles, datados entre 370.000 y 395.000 años. Lo que tenemos es básicamente sílex quemado, pero también pequeños huesecillos”, señala a Guyana Guardian Andreu Ollé, del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES).

La socialización del fuego

Aunque aún falta discernir si esas evidencias eran producto del control del fuego, Ollé sí cree que, hace alrededor de 500.000 años, fue “el momento en el que empezó la socialización, el dominio y el uso generalizado y estructural de las llamas en Europa occidental”.

“Es increíble que algunos de los grupos más antiguos de neandertales –que surgieron hace más de 400.000 años, probablemente evolucionando a partir del Homo heidelbergensis- conocieran las propiedades del sílex, la pirita y la yesca en una fecha tan temprana”, concluye Nick Ashton.

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