El ojo seco se caracteriza habitualmente por la falta o baja calidad de la lágrima, que tiene como función crear la película lagrimal que lubrica y protege la córnea. Una parte significativa de la población mundial, especialmente mujeres mayores de 50 años, sufre esta condición. La mayoría de los tratamientos actuales se administran mediante colirios o geles oftalmológicos y, a veces, en forma de pomada. En el caso de los colirios, el tiempo de alivio suele ser corto, por lo que es necesario una instilación frecuente de las gotas.
El Institut de Ciència de Materials de Barcelona (ICMAB- CSIC) y el Centro de Oftalmología Barraquer han codesarrollado una solución innovadora. Los investigadores proponen el uso de un pequeño dispositivo fabricado con un material natural que dispensaría lágrimas artificiales de forma sostenida durante al menos ocho horas. “El dispositivo es de un solo uso y es el mismo paciente quien lo coloca debajo del párpado inferior”, explica Anna Roig, investigadora del ICMAB- CSIC, y líder del proyecto junto al Profesor Rafael I. Barraquer. En el Centro de Oftalmología Barraquer, se ha realizado el primer estudio en humanos, con voluntarios sanos, que ha permitido comprobar que el dispositivo es confortable y seguro para los usuarios. En un futuro próximo, se llevará a cabo un estudio en pacientes con ojo seco para valorar la eficacia del dispositivo.
Gracias al proyecto actual, los investigadores podrán estudiar el escalado de su producción y aspectos de la regulatoria con la intención de crear en un futuro próximo una empresa de base tecnológica en el sector MedTech. La participación del Centro de Oftalmología Barraquer es sin ánimo de lucro.
El equipo confía en que un tratamiento con efectos más duraderos para pacientes de ojo seco, especialmente interesante para los afectados de ojo seco de moderado a severo, pueda ayudar a reducir los molestos síntomas que la patología produce, sobre todo en pacientes con la enfermedad de Sjögren.
Declaración de transparencia: Esta investigación está financiada por la Fundación “la Caixa”, entidad que apoya el canal de información científica Big Vang.
