Turrones de manzana de feria, de pino, de arroz y azafrán. Los turrones han sido y son uno de los productos más ligados a la tradición, especialmente durante las fiestas navideñas. Aunque es cierto que hay clásicos que nunca fallan, la tendencia del sector pasa por la innovación y la convivencia entre los sabores de toda la vida y los más rompedores. Cada vez son más los chefs de nuestra tierra que apuestan por dar su toque más personal e innovador a este dulce navideño, ofreciendo turrones con nuevos sabores, ingredientes y formatos, adaptándose a un consumidor más exigente y gourmet que quiere disfrutar de los turrones no solo durante las fiestas, sino también en cualquier época del año.
Los exclusivos turrones de Nandu Jubany y Lluc Crusellas
Si quieres que el comedor se inunde de sorpresa cuando sirvas el postre, los turrones de Nandu Jubany deben ser los protagonistas. El chef, que ya nos ha deleitado con sus recetas tradicionales de canelones y croquetas, se suma a la tendencia dulce e innova con los exclusivos turrones de buñuelos de anís, de trufa al whisky o de yema quemada. Tres creaciones únicas y diferenciales —que combinan tradición, calidad y novedad—, elaboradas artesanalmente y de consumo inmediato, que podrás encontrar en nuestras tiendas y en la tienda online. Para los más gourmets, existe la opción de reservar en exclusiva la variedad de yema quemada y que Nandu, personalmente, la queme.
Y eso no es todo. De la mano del maestro chocolatero Lluc Crusellas, también ofrecemos, en exclusiva, los turrones de praliné, de galleta speculoos, de kikos y de barquillos, cuatro versiones elaboradas con Eukarya, el chocolate estrella de Crusellas y que solo encontrarás en nuestros establecimientos. Finalmente, y de nuevo con el sello de los chefs más reconocidos —Quique Dacosta, Ángel León, Jordi Roca y Albert Adrià—, Vicens ha presentado los turrones Sinergia, siete sinergias transformadoras con sabores como limón marroquí, pino, arroz y azafrán, mandarina y yuzu, nata y nueces, manzana de feria o láctico. Una línea inédita de turrones que acerca a los chefs a casa y que podrás encontrar en todos nuestros establecimientos.
50 variedades de turrones
Comprometidos con la tradición, la calidad y la innovación, en Ametller Origen ofrecemos hasta 50 variedades de turrones, desde los más tradicionales hasta los más modernos. Entre las creaciones de toda la vida destacan el blando de almendra (con versión sin azúcar), de crema quemada con o sin naranja, de chocolate y avellana o el duro de almendra. Este año, como novedad, también podrás encontrar el estuche de tres turrones para probarlos todos.
Ametller Origen ofrecemos hasta 50 variedades de turrones
Para los menos convencionales, a lo largo de los años han ido apareciendo nuevas creaciones de turrones: desde el turrón de barquillos, de chocolate, de trufa, de frutas como la naranja o el coco, de mazapán, de canela, de nata o de pistacho. También existen opciones aún más innovadoras como el de brownie, de tiramisú, de galleta y muchas más opciones para los paladares más exigentes. ¿Cuál es tu favorito?
Una tradición muy dulce
Sin lugar a dudas, los turrones son un imprescindible de la Navidad, los reyes a la hora de los postres y los mejores acompañantes de las sobremesas. Aunque su origen es incierto, hay teorías que apuntan a que nacieron en la época de al-Ándalus, en las mezclas de frutos secos y miel para elaborar dulces. Otras dicen que fueron creación de un famoso pastelero de apellido Turró, y algunos sostienen que, como la cosecha de avellanas y almendras se realiza en septiembre, su consumo se concentraba a finales de año. Lo que sabemos con certeza es que su origen está en la cuenca mediterránea y, originalmente, se elaboraban principalmente con frutos secos y miel. Por eso, hoy en día existen turrones que nos acompañan desde hace décadas, como el famoso turrón de Jijona, elaborado a base de almendra molida y miel; el reconocido turrón de Alicante, preparado con almendra tostada, clara de huevo y miel; o el de crema quemada, con almendra, miel, yema de huevo y una fina capa de azúcar quemado por encima.
