En colaboración con Grana Padano
Prepárate para no cocinar (o casi) con Grana Padano
El verano pide platos ligeros, sencillos y llenos de sabor. Hemos reunido a una nutricionista y a una chef para crear 3 recetas fáciles y equilibradas con Grana Padano como protagonista. Descúbrelas, cocínalas y lúcete sin complicarte
Nuestra historia arranca hace diez siglos en la abadía de Chiaravalle, a pocos kilómetros al sur de Milán. Los monjes elaboraban un queso de textura compacta y granulosa. Lo llamaron Caseus Vetus, es decir, queso viejo. Los campesinos, de buen paladar, pero poco habituados al latín, lo rebautizaron como “formaggio di grana”, o sea, un queso de textura granulada. Con el tiempo, el nombre se acortó y se quedó solo lo de ‘grana’.
Ya a mediados del siglo pasado, los queseros de Europa acordaron las normas para las denominaciones de origen. De ese esfuerzo conjunto nació la regulación del queso que hoy conocemos como “Grana Padano”. En 1996 la Unión Europea lo incorporaba a la insigne lista de productos con Denominación de Origen Protegida (DOP). Para lucir el trébol de cuatro hojas y los pequeños rombos en forma de diamante con las palabras ‘grana’ y ‘padano’ que da el Consejo Regulador, los quesos deben acreditar haber sido elaborados con leche recién ordeñada de vacas del valle del Po y haber madurado entre 9 y 20 meses.
Muchas más proteínas que un vaso de leche
Hacen falta 15 litros de leche para elaborar un kilo de este queso. Una ración de 100 gramos de Grana Padano DOP contiene de media 33 gramos de proteínas, mucho más que un vaso de leche. Con una ventaja: durante el proceso de curación desaparece la lactosa, convirtiéndolo en un manjar aptos para intolerantes a este azúcar de la leche.
“Además nos aporta calcio, fósforo y vitaminas del grupo B, especialmente, la B12. Tenemos así un alimento de alta densidad nutricional, que es como los nutricionistas nos referimos a esos alimentos que basta con comer una pequeña porción para obtener un aporte significativo de nutrientes”, apunta Belén Serena Calderón, conocida como divulgadora en Instagram como @sere_healthy y especializada en nutrición clínica aplicada a la salud hormonal femenina y el bienestar digestivo. “Valoro especialmente que, al elaborarse con leche cruda y cultivos naturales, desarrolla una microbiota propia que contribuye a su perfil digestivo, nutricional y organoléptico”.
“Un queso rico en proteínas y calcio, pero sin lactosa”
Grana Padano, un plan “siempre perfecto”
Marta Isabel Jiménez es una gastroinfluencer más conocida por su alias en Instagram @origen_bymarta. Repite como un mantra que un alimento bueno te salva de un día malo, y lo bueno “tiene que ser natural y con conexión a tierra”. Por eso mismo, en su despensa no falta el queso Grana Padano. “Es de esos ingredientes que siempre tengo a mano porque aporta carácter sin robar protagonismo”, apunta esta enamorada de los sabores de siempre.
Con esa naturalidad que ha capturado a miles de followers, desglosa un puñado de buenas ideas con este queso. “En verano no tienes más que añadir unas lascas sobre una ensalada templada, o un plato de verduras asadas y te marca la diferencia. O rallarlo para pastas, risottos o huevos al horno. ¿Un truco infalible? Añádelo a masas saladas, como un pan de queso o unas galletas saladas. El horneado intensifica el sabor y eso es una maravilla. ¿Quieres comerlo solo, con un poco de fruta o pan? ¡Pues ya tienes un plan perfecto!”, añade.
Los muy queseros, como Marta, lo recomiendan por su sabor “intenso, sin excesos”. Lo mismo se adapta a una receta recetas rápidas entre semana que realza una preparación más elaborada sin esfuerzo. Y todo, con un perfil nutricional fabuloso: gracias a que la leche usada en su elaboración se desnata parcialmente por decantación natural, aporta solo un 29% de materia grasa y muchas menos calorías que otros quesos curados.
Una porción de 50 gramos de Grana Padano DOP aporta 196 calorías y muchas proteínas y minerales fundamentales para nuestro organismo, como el zinc, el cobre, el fósforo y, por supuesto, el calcio. De acuerdo con las tablas de composición de alimentos INRAN (Instituto Nacional de Investigación de Alimentación y Nutrición italiano), 100 gramos de queso Grana Padano DOP contienen 1.165 miligramos de calcio, un mineral esencial para los huesos, los dientes y el funcionamiento normal de los músculos. Eso son 200 miligramos más que la ingesta recomendada de este mineral para un adulto sano en España (900 mg/día). También es una fuente de selenio, yodo, y magnesio.
Existen diferentes maduraciones del Grana Padano que le confieren al queso distintas características. Entre los 9 y los 14 meses se obtiene el clásico queso de mesa de sabor dulce y delicado, ideal para servir en tacos en aperitivo o en copos para realzar un carpaccio o una ensalada. La nutricionista Belén Serena lo añade siempre a las recomendaciones para deportistas “como snack fácil de tomar antes de entrenar o como recovery al terminar. Solo tienes que añadir un alimento con carbohidratos saludables. A mí, por ejemplo, me encanta combinarlo con uvas o zanahorias. Le dan un contraste fresco y dulce, sobre todo, ahora en verano que apetecen alimentos que no resulten pesados”.
Entre los 16 y los 20 meses de maduración aparecen las icónicas burbujas y adquiere un sabor más pronunciado. Perfecto para preparaciones calientes como flan, soufflè y pasteles de verduras. El queso envejecido más de 20 meses – el Grana Padano Riserva – adquiere una textura ‘grana’ muy evidente y una personalidad única, lista para triunfar junto a un puñado de frutos secos o con mermelada. Para la chef Marta estas tres alternativas componen la tríada perfecta para comer rico en verano sin pasarnos horas entre fogones. “Grana Padano tiene ese punto reconfortante que transforma un plato sencillo en algo especial sin esfuerzo”, recalca.
Comer saludable y casi sin esfuerzo cuando aprieta el calor
Las altas temperaturas nos quitan las ganas de comer. O mejor dicho, las ganas de pasar mucho tiempo en la cocina. La clave para evitar picoteos a deshoras o acabar resolviendo con platos menos saludables es dar un cambio de guion al menú del resto del año. “En verano hay que dar cabida a alimentos frescos y de temporada, sobre todo, platos fríos y fáciles de preparar que nos aporten energía y saciedad”, explica la nutricionista.
El truco de nuestra chef es echar mano de alimentos de colores vivos y mezclar texturas y sabores. “Soy muy fan de combinar fruta y verdura en la misma receta. Jugar con lo dulce y lo salado, lo crujiente y lo cremoso, lo fresco y lo intenso…”. Y sobre todo, perder el miedo a improvisar con las aromáticas y los aliños. “Te podría decir mil recetas apetecibles: una crema fría de tomates, melocotones, ajo y pimiento verde, servida con Grana Padano, fruta en trocitos, albahaca y un buen chorrito de AOVE con vinagre. O un combinado de verduras crudas: calabacín en láminas finas, zanahorias ralladas, champiñones laminados, brócoli crujiente...”.
Ensalada de calabacín, bresaola y Grana Padano
El calabacín puede hacerse vuelta y vuelta en la sartén, o, como sugiere nuestra chef, cortarlo muy fino y añadirlo crudo al plato.
- Un calabacín grande laminado
- 2 lonchas de bresaola
- 100 g de rúcula
- 2 lascas de Grana Padano
- Aceite de oliva virgen extra (AOVE)
- Albahaca fresca, jugo de limón, sal y pimienta
Con una mandolina cortamos los calabacines en tiras muy finas. Marcamos las tiras de calabacín en la sartén, vuelta y vuelta. También podemos añadirlas en crudo, lo que aportará un extra de frescor y una textura crujiente. Cortamos el queso a lascas y añadimos la rúcula y la bresaola troceada. Para el aliño, mezclaremos el AOVE, un chorrito de limón, sal, pimienta al gusto y unas hojas de albahaca fresca picadas. Cortadas en tiras. Emplatamos y mezclamos suavemente para no dañar la rúcula.
Pasta con pesto de tomate, almendras y Grana Padano
La pasta con pesto es un plato que no pierde intensidad si se toma frío. Al añadir aceite al tomate se asimila mejor el licopeno, un antioxidante liposoluble. Palabra de nutricionista.
- 100 g de pasta
- 50 g de tomates
- 20 g Grana Padano
- Un puñado de almendras
- AOVE
- Ajo, albaca, sal y pimienta
Mientras se cuece la pasta, vamos a preparar el pesto. Cortamos los tomates, quitamos el corazón y las pepitas, y lo añadimos a la licuadora o una picadora junto a las hojas de albahaca fresca, el ajo, las almendras, el queso Grana Padano, sal, pimienta y un chorrito de AOVE. Licuamos hasta obtener una mezcla casi homogénea, pero con cierto grano, para aportar textura al plato. Vertemos el pesto en una fuente o bol grande y añadimos un cacito del agua de cocción de la pasta para darle cremosidad. Para terminar, incorporamos la pasta cocina, mezclamos bien y emplatamos.
Bastones de berenjena con Grana Padano con salsa de yogur
Este plato refleja a la perfección las recomendaciones de la nutricionista: proteína de calidad, con el queso y el yogur, y hortalizas frescas, en este caso, una berenjena.
- 1 berenjena
- 1 taza de proteína de guisante
- 1 taza de Grana Padano
- AOVE
- Ajo, romero, sal y pimienta
Lavamos la berenjena y la cortamos en bastones, manteniendo la piel. Salar, dejar reposar durante 5 minutos para eliminar el amargor y secar bien con papel absorbente. Mientras secan, mezclamos con las manos la proteína de guisante, el aceite, el romero y el AOVE hasta lograr una masa uniforme. Colocamos los bastones de berenjena en un bol, añadimos la masa de rebozar y mezclamos de nuevo con las manos hasta que queden bien impregnados. Colocamos las berenjenas en una fuente de horno y horneamos a 180 °C durante unos 30 min, o hasta que estén doradas.
Salsa de yogur para acompañar:
- 1 yogur
- 1 cucharada de mostaza en grano
- 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- Zumo medio limón exprimido
- Sal, al gusto
- Cebollino picado
Solo hay que mezclar los ingredientes al gusto y servir junto a las berenjenas.
Prepárate para no cocinar (o casi) con Grana Padano

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