Hitler bebía Saint Émilion: subastada una botella de 1934 hallada en su cava personal
Al día
El vino fue encontrado en las ruinas de Berghof tras la caída del Tercer Reich
Se han pagado 2500 dólares por la botella, declarada por la casa de subastas como imbebible
descifrando a hitler
Una botella de Saint Émilion 1934 que formaba parte de la cava personal de Adolf Hitler ha sido subastada esta semana en Maryland (EE.UU.) por 2.500 dólares. La venta, realizada por la casa Alexander Historical Auctions, quedó muy por debajo de las previsiones iniciales, que situaban su valor entre 5.000 y 7.000 dólares.
El origen de la pieza se remonta al Berghof, la residencia de montaña que Hitler poseía en los Alpes bávaros. Tras los bombardeos aliados de 1945 y la posterior demolición del complejo, numerosos objetos personales del dictador desaparecieron o fueron retirados como recuerdos de guerra. Según los organizadores de la subasta, la botella fue recuperada por un soldado estadounidense del sótano del inmueble y pasó después a manos de un coleccionista privado.
La botella subastada
El estado de conservación explica, en parte, el resultado de la venta. La botella estaba medio vacía, presentaba fugas y fue reencorchada en algún momento de su recorrido, aunque aún conserva fragmentos del corcho original. Los expertos insisten en que el vino es “intomable” y que su valor es únicamente histórico, no enológico, a pesar de que pertenece a una añada fantástica para Burdeos.
El actual vendedor, cuya identidad no ha trascendido, es un coleccionista estadounidense con más de cincuenta años de experiencia en militaria alemana. La subasta forma parte de un catálogo más amplio de objetos vinculados al Tercer Reich, un mercado que, aunque recurrente, despierta siempre fuertes controversias. En los últimos años se han vendido desde vajillas y cubiertos hasta relojes o documentos firmados por el dictador. Algunos alcanzaron cifras mucho más elevadas: en 2022, un reloj de bolsillo atribuido a Hitler se adjudicó por más de un millón de dólares.
En este caso, sin embargo, la puja final estuvo muy lejos de las expectativas. La botella de Saint Émilion, con más de 90 años de antigüedad, apenas superó los 2.500 dólares, una cantidad modesta dentro del mercado de recuerdos nazis.