Lupe Díaz, 43 años haciendo de castañera en Sant Cugat: “El secreto para unas buenas castañas es que sean gallegas, no dejar de removerlas y taparlas bien para que se abran mejor”

Tradiciones

Lupe es la castañera por excelencia de la ciudad y, cada año, cuando octubre está a punto de acabar, instala su parada en el mismo sitio de siempre, en la plaza dels Quatre Cantons

Lupe Díaz haciendo de castañera en Sant Cugat

Lupe Díaz haciendo de castañera en Sant Cugat

RAC1

Dicen que las cosas que funcionan y salen bien no hay que cambiarlas. Y Lupe Díaz lleva más de cuatro décadas asando castañas en Sant Cugat del Vallès, en el Vallès Occidental. 

Ella no sabe decir cuántos años exactamente, pero recuerda que empezó el mismo año en que se instaló un monolito por el centenario de la coral La Lira. Fue en 1982, así que son 43 años cuidando esta tradición en la ciudad vallesana.

Llegó a Sant Cugat desde Extremadura con 14 años

Lupe es la castañera más icónica de Sant Cugat y, cada año, cuando llega el final de octubre, la ciudad espera impaciente su parada, que siempre se coloca en el mismo lugar: la plaza dels Quatre Cantons.

“Estuve mucho tiempo pidiendo al Ayuntamiento que me diera este sitio y, finalmente, lo conseguí”, explica en una entrevista a RAC1.cat. Lupe habla sin dejar de remover las castañas sobre el fuego y, al verla trabajar, se nota que podría hacerlo incluso con los ojos cerrados.

Lupe, que prefiere mantener su edad en secreto, llegó a Sant Cugat desde Extremadura con 14 años y empezó a trabajar en un restaurante mítico —ya desaparecido— de la ciudad, El Mesón. Aunque ahora ya está jubilada, también fue monitora escolar durante 30 años. ¿Y cómo empezó con las castañas? 

Reconoce que “fue por casualidad” y que todo comenzó una tarde de domingo con unos amigos, cuando estaban “un poco aburridos”. Se acercaba la Castanyada (que antes era “diferente” y cada uno la celebraba “en casa”), así que decidieron asar castañas. Con el tiempo, los amigos “consiguieron otros trabajos, pero yo seguí. Y hasta hoy”.

¿Cuál es el secreto de unas buenas castañas?

En un día, en la parada de la santcugatense pueden llegar a hacerse unos 10 kilos de castañas, una cifra que se multiplica el día de la Castanyada. Lupe no solo es conocida por llevar tantos años en ello, sino por hacer las mejores castañas. Y comparte sus secretos:

Lupe Díaz haciendo de castañera en Sant Cugat

Lupe Díaz haciendo de castañera en Sant Cugat

RAC1

“Tienen que ser gallegas, aquí no tenemos de tan buenas. Hay que darles vueltas constantemente y separarlas bien, una y otra vez, para que se hagan del todo y no quede ninguna parte cruda. Y, por último, es importante taparlas con mantas para que suden y se abran mejor”.

¿Halloween acabará sustituyendo la Castanyada?

Hay quien celebra la Castanyada, otros prefieren Halloween, y muchos combinan las dos tradiciones y apuestan por el ‘Castaween’. Y si hay algo que realmente da miedo en esta época del año, es que la tradición anglosajona acabe imponiéndose a la catalana. 

Pero Lupe lo tiene claro: “Pueden convivir. Es cierto que Halloween es muy atractivo para los niños porque les encanta disfrazarse y salir a pedir caramelos; pero tanto a los mayores como a los pequeños les gustan las castañas, los panellets y los boniatos”.

Después de tantos años en este mundo, Lupe afirma que, en Catalunya, la celebración de la Castanyada “ha ido a más; los niños están más concienciados”, y no duda de que la tradición se mantendrá viva.

Si hay algo que realmente le preocupa es que no hay relevo generacional: “No hay gente de Sant Cugat que quiera hacerlo”, lamenta Lupe, y añade que algunos vendedores “no viven la Castanyada, solo buscan sacar beneficio”.

Lupe, patrimonio de Sant Cugat

Desde los 14 años, Lupe ha vivido en el centro de Sant Cugat, “en el pueblo”, como ella dice. Mucha gente sabe quién es esta castañera y se acerca a su parada para saludarla o hacerle algún encargo. Los mayores la conocen de toda la vida, y los que fueron sus alumnos ahora vienen con sus hijos para presentárselos.

Durante el rato que converso con ella, me doy cuenta del cariño que los santcugatenses sienten por la castañera Lupe. “A mí me gusta mucho estar con la gente, y aquí veo pasar a todo el mundo”, comenta.

A veces, en su parada se forman dos colas: una para comprar un cucurucho de castañas, y otra solo para saludar a Lupe. Lleva muchas décadas siendo castañera, y cuando le pregunto qué es lo que menos le gusta, solo responde: “El dolor de espalda”. Y no es para menos, porque pasa muchas horas de pie, inclinada sobre el fuego, removiendo y sacando castañas sin parar.

Lupe Díaz haciendo de castañera en Sant Cugat

Lupe Díaz haciendo de castañera en Sant Cugat

RAC1

“Yo aguanto, pero me estoy planteando si este será el último año”, confiesa. “Hay mucho trabajo detrás que la gente no ve. No es llegar, encender el fuego y ya está; hay una faena enorme detrás”, añade.

Vuelvo a casa con un fuerte olor a brasas, y pienso que así acaba Lupe cada día después de horas y horas asando castañas en la calle. Tiene razón: no somos conscientes del trabajo y el esfuerzo que hay detrás de cada cucurucho de castañas que disfrutamos paseando o en familia.

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Pizzeria glass window. Variety of italian pizzas in a shop display, street food. Kitchen workers arranging the pizzas.

No sé si el año que viene volveremos a ver a la castañera Lupe en la plaza dels Quatre Cantons, pero merece mucho más que un artículo por haber cuidado y mantenido con tanto cariño y pasión esta tradición popular catalana durante más de media vida.

Este artículo fue publicado originalmente en RAC1.

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