Un espumoso bien servido marca la diferencia entre un brindis cualquiera y un momento perfecto. Pero hay pequeños errores que pueden arruinar la experiencia sin que te des cuenta.
En Gourmet La Vanguardia te contamos cuáles son los fallos más comunes y cómo evitarlos para que disfrutes cada copa como merece.
1. Servirlo demasiado caliente
El espumoso debe estar bien frío, idealmente entre 6 y 8 ºC. Si está caliente, las burbujas se escapan rápido y el sabor pierde frescura.
Consejo: enfría la botella en una cubitera con hielo y agua unos 20 minutos antes de servir.
2. Agitar la botella antes de abrirla
Mover o agitar la botella hace que la presión interna aumente. ¿Resultado? Un descorche descontrolado y pérdida de vino.
Recuerda: mueve la botella lo menos posible y mantenla siempre en posición vertical.
3. Abrirla de forma brusca
El famoso “¡pop!” puede ser divertido, pero en realidad lo ideal es abrir el espumoso de forma silenciosa, como un suspiro.
• Sujeta la botella en un ángulo de 45º.
• Gira la botella, no el corcho.
• Deja salir el gas lentamente.
Así conservarás las burbujas y el vino no se derramará.
4. Llenar demasiado la copa
Un espumoso se sirve en pequeñas cantidades para mantener la temperatura y la burbuja viva.
Lo ideal: llenar solo un tercio de la copa y volver a servir cuando sea necesario.
5. Usar cualquier tipo de copa
No todas las copas sirven para un espumoso. Evita las copas planas (tipo años 20) porque hacen que las burbujas se pierdan rápido.
Mejor opción: copas tipo flauta o copas tulipa, que concentran el aroma y protegen las burbujas.
Haz de cada brindis un momento perfecto
Con pequeños gestos puedes disfrutar mucho más de cada botella.
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Brindar bien es un arte... y un placer.