Pasar página tras una ruptura sentimental no siempre es tarea fácil. De hecho, muchas personas se sorprenden a sí mismas queriendo volver con su expareja, incluso cuando saben racionalmente que la relación fue tóxica o dolorosa. ¿Por qué ocurre esto? La neuropsicóloga Begoña del Campo Zafra ha dado una explicación clara en un vídeo publicado en TikTok que se ha vuelto viral por su precisión emocional y científica.
El cerebro: amante de lo conocido
Según Del Campo, todo parte de un mecanismo básico de nuestro cerebro: la preferencia por lo familiar. “El cerebro, como le gusta lo conocido y quiere que vuelvas a esa relación, te va a enviar imágenes idílicas”, afirma. Incluso si la relación fue “una verdadera porquería”, el sistema nervioso prefiere lo que ya ha vivido antes que enfrentarse a lo nuevo y desconocido.
Una pareja en un momento de felicidad
Esta idealización post-ruptura no es casual ni aleatoria. El cerebro recurre a momentos agradables del pasado para crear una narrativa más atractiva que justifique la vuelta, desencadenando una lucha interna entre lo que sabes que no te conviene y lo que emocionalmente parece reconfortante.
Captura de vídeo
Una trampa emocional que hay que anticipar. La clave, señala la experta, está en reconocer que este fenómeno va a ocurrir. “Tienes que saber que eso va a pasar y tienes que estar fuerte con eso”, advierte Del Campo. Es decir, ser consciente de que esas imágenes positivas forman parte de una trampa emocional inconsciente que puede sabotear el proceso de duelo y recuperación.
Este sesgo de memoria selectiva es un fenómeno bien documentado en neuropsicología. Cuando estamos emocionalmente vulnerables, el cerebro tiende a rescatar momentos emocionalmente intensos o placenteros, dejando en segundo plano los conflictos, los daños emocionales o el sufrimiento vivido.
Malos momentos en una pareja
¿Qué hacer para evitar caer en la nostalgia?
La neuropsicóloga recomienda estar preparado mentalmente para esa oleada de recuerdos distorsionados. Rodearse de apoyo emocional, escribir los motivos por los que la relación no funcionó y no tomar decisiones impulsivas durante la etapa de mayor vulnerabilidad puede marcar la diferencia entre una recaída y una auténtica recuperación.
Además, entender que esta reacción es completamente normal puede ayudar a reducir la culpa o la confusión. No estás volviendo atrás porque seas débil, sino porque tu cerebro está haciendo su trabajo: protegerte del dolor, aunque a veces eso implique distorsionar la realidad.
Vía @begomentalreset
