Encarnación López no solo habla de ansiedad como especialista, sino también como alguien que la ha vivido en primera persona. Psicóloga y experta en este trastorno que afecta a millones de personas en España, López recuerda que su primer ataque de ansiedad lo sufrió con tan solo 19 años: “Empecé a marearme, a sentir taquicardias, sudores fríos… Al cabo de unas semanas, sentí lo mismo”, relató en el Zoom Out Podcast.
Aquel episodio marcó un antes y un después. Desde entonces, dedicó su carrera a estudiar a fondo los mecanismos de la ansiedad, un camino que le permitió identificar no solo las causas, sino también los errores más comunes a la hora de afrontarla. “Las causas de la ansiedad son múltiples, es multifactorial; pero sí es verdad que de base puede haber una personalidad ansiosa”, explica.
La ansiedad, un iceberg emocional
Uno de los grandes aprendizajes que la psicóloga destaca es que la ansiedad es solo la parte visible de un conflicto mucho más profundo. “Arriba tienes los síntomas, pero debajo tienes muchas cosas, sobre todo miedo, que es lo que hay que atacar para que los síntomas disminuyan”, comenta. A su juicio, centrarse únicamente en el síntoma —mareos, sudoración, nerviosismo— sin abordar lo que hay debajo solo contribuye a que el problema se mantenga o se transforme.
 
            Ansiedad
El error de buscar el porqué. López señala que una de las trampas más habituales es obsesionarse con entender el origen exacto de la ansiedad. Ella misma cayó en ese bucle: “El primer error que cometí fue intentar buscar el porqué. Sé que hay gente que me va a decir que por qué no va a saber por qué tiene ansiedad, pero precisamente por eso tiene ansiedad”.
Este deseo de encontrar una causa concreta, afirma, alimenta el trastorno en lugar de resolverlo. “Un poquito de análisis es correcto, pero el sobreanálisis o querer saber exactamente el porqué es uno de los errores que se cometen”, añade.
 
            Captura de vídeo
No basta con desahogarse: hay que trabajar la base. En su proceso personal, López también reconoce que durante mucho tiempo acudió a terapia sin abordar directamente su ansiedad: “Iba a terapia y no tocaba esa base de mi iceberg. Solo me desahogaba. Cuidado con que mi único recurso sea ese, porque crea dependencia”. Fue cuando comenzó a estudiar la ansiedad en profundidad cuando realmente empezó a entenderla y gestionarla de forma eficaz.
 
            Psicóloga haciendo terapia
No se trata de controlar lo que no se puede controlar
Otro punto clave que destaca la especialista es que la ansiedad se genera en el sistema límbico, una parte del cerebro que funciona de forma autónoma. “Es como intentar controlar lo que pasa en el hígado. Es como si vas al médico y te dice que te subas tú mismo la insulina”, ilustra con claridad.
El objetivo no debe ser controlar la ansiedad en sí, sino aprender a manejar la situación que la provoca. “Lo que no podemos controlar es el resultado del problema, pero sí podemos afrontar lo que tenemos delante”, afirma.

