Alfonso Navarro, psicólogo: “Que tu hijo adolescente te diga que te odia es algo sano, realmente quieren decir otra cosa”

Visto en TikTok 

Comprender el mensaje oculto detrás de la rabia puede transformar la relación familiar según el psicólogo

Alfonso Navarro, psicólogo

Alfonso Navarro, psicólogo

@fluxuapsicologia / TikTok

Escuchar a un hijo decir “te odio” puede ser uno de los momentos más dolorosos para cualquier madre o padre. Sin embargo, para Alfonso Navarro, psicólogo especializado en adolescencia, esta frase tan desgarradora no es sinónimo de odio real, sino de algo mucho más profundo y sano: frustración.

En uno de sus vídeos en redes sociales, Navarro desmonta el significado literal de esa expresión tan común durante la adolescencia. “Cuando tu hijo te dice ‘te odio’, en realidad te está diciendo ‘me frustras’”, afirma. Y añade que se trata de un mecanismo emocional natural que muchos adolescentes utilizan cuando no encuentran otra forma de canalizar lo que sienten.

Una descarga emocional en un lugar seguro

Lejos de ser un ataque personal, el “te odio” suele ser una válvula de escape. Según Navarro, el adolescente “elige frases específicas para herir”, pero cuando opta por insultos genéricos —en lugar de comentarios personalizados como “eres un fracasado” o “estás amargado”— es porque el conflicto no es tan profundo como parece. “De todos los insultos que podría usar para hacerte daño, está usando uno muy genérico”, señala.

Un padre riñe a su hijo

Un padre riñe a su hijo

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Esto tiene una lectura emocional clara: el joven se siente seguro para mostrar sus emociones con la persona que más confianza le genera. Por contradictorio que parezca, “es una descarga emocional donde más seguro se siente”. Es decir, ese estallido no ocurre porque el adolescente rechace al progenitor, sino precisamente porque sabe que no será rechazado.

Captura de vídeo

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@fluxuapsicologia / TikTok

No reaccionar desde la herida

La clave para un acompañamiento consciente. El error más común de los padres ante este tipo de comentarios es responder desde la emoción. Navarro propone lo contrario: no tomárselo como un ataque, sino como un síntoma de algo más profundo. “Lo importante es no caer en la trampa de reaccionar desde la herida, sino entender el trasfondo emocional”, subraya.

Un padre y su hijo pescando en una embarcación pequeña

Un padre y su hijo pescando en una embarcación pequeña

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En plena adolescencia, las emociones se intensifican y pueden ser confusas o exageradas. Para muchos jóvenes, sus padres se convierten en el espacio más seguro donde volcar esa intensidad emocional sin filtros. Por eso, escuchar un “te odio” no debe activar el rechazo, sino una mirada empática.

Una invitación a cambiar la perspectiva

Alfonso Navarro anima a madres y padres a dejar de ver esas palabras como una amenaza y empezar a interpretarlas como lo que son: un grito de frustración, de límites, de necesidad emocional. “Duele escucharlo. Pero a veces, esa frase no es un rechazo… es una forma de soltarlo todo”, recuerda.

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