El verano de 2025 está dejando temperaturas extremas en gran parte de España y el resto del mundo, y no solo afecta al cuerpo: nuestro cerebro también sufre las consecuencias del calor intenso. Así lo explica el psiquiatra Fernando Mora en un vídeo en TikTok, donde recuerda que la mente es mucho más sensible de lo que pensamos a los cambios de temperatura.

Ciclista por las calles de Sevilla en plena ola de calor.
“Nuestro cerebro es tremendamente sensible a los cambios de temperatura y un aumento importante puede interferir en la actividad de las neuronas e incluso inflamarlas”, detalla. Esto provoca que, cuando hace mucho calor, cueste más concentrarse, bajen el rendimiento, aumente la irritabilidad e incluso se intensifiquen síntomas de ansiedad y depresión.

Una mujer se pone una botella de agua en la cabeza
Tres recomendaciones clave para proteger el cerebro del calor
- Hidratación continua: beber agua de forma regular, incluso si no tenemos sed, ya que la sensación de sed aparece cuando el cuerpo ya está deshidratado.
- Aplicar agua fría en zonas estratégicas: mojar con agua fresca las palmas de las manos, la frente y la parte posterior de la cabeza antes de dormir puede ayudar a regular la temperatura corporal.
- Consumir alimentos ricos en agua y electrolitos: incluir en la dieta frutas y verduras como sandía, pepino o apio, que aportan hidratación y minerales esenciales.

La sandía, el melón, o los albaricoques tienen potasio, que ayuda a los mayores a combatir el calor.
El cerebro, el primero en sentir el calor
El psiquiatra recuerda que, cuando las temperaturas se disparan, el cerebro es uno de los primeros órganos en resentirse. De ahí la importancia de cuidarlo con medidas de prevención.
“Cuando sube la temperatura, tu cerebro es el primero en sentirlo. Cuídate y cuídalo”.