Los niños pasan muchas horas en el aula, por lo que los profesores tratan de aprovechar ese tiempo para fortalecer sus relaciones y enseñar valores que serán fundamentales para ellos en un futuro, como pueden ser la tolerancia o el respeto. Mezclarles y cambiarles de sitio de manera habitual puede ser una estrategia pedagógica para promover la integración, la interacción social y evitar la formación de grupos cerrados.
Una práctica que ayuda a los niños a interactuar con otros que no son sus amigos o con quienes se relacionan de manera habitual, además de crear un ambiente de aula más dinámico. Sin embargo, en muchos centros y por razones de docencia, se tiende a formar grupos cuya base está en el rendimiento académico de los niños, lo que quizá no sería del todo acertado.
Kathryn Prouse encontró una forma creativa de gestionar el caos del regreso a clases experimentando con un plano de asientos poco convencional.
Kathryn Prouse, una profesora estadounidense de primaria de 28 años, se ha convertido en viral por su peculiar y creativa manera de organizar los sitios de sus alumnos. La docente decidió experimentar, optó por salirse de lo convencional y elegir una de sus propias aficiones para ello: la astrología.
La profesora, cuyo signo del zodíaco es virgo, eligió los elementos como base para organizar a los niños. “No quería que los sitios se basaran en algo académico”, reconoce a People. Según reconoce, su absoluta prioridad era evitar que cualquier niño se sintiera etiquetado al ser asignado a una mesa que no fuese académicamente “fuerte”.
“Empecé a mirar los cumpleaños de todos mis hijos y a hacer una tabla”, recuerda Prouse, explicando que cada signo del zodíaco recae en uno de los cuatro elementos de la naturaleza, con sus correspondientes características. “Terminé con una tabla de signos de Tierra, una de Fuego, una de Agua y una de Aire”.
Los signos del zodíaco y los cuatro elementos
Tierra: Tauro, virgo, capricornio.
Fuego: Aries, leo, sagitario.
Agua: Cáncer, escorpio, piscis.
Aire: Géminis, libra, acuario.
Como cuenta Prouse, los niños están encantados con este nueva organización de la clase, sobre todo por la novedad. Muchos de ellos están incluso investigando sobre este nuevo tema dentro de sus grupos, sugiriendo incluso salidas a la naturaleza.
Entre otras cosas, el grupo de Tierra se mostró muy aguda académicamente, los de Agua demostraron ser lo más calmados, el grupo de Fuego eran los cómicos del aula y los de Aire, como su nombre indicaba, estaban en las nubes. “Cometí el error de ponerlos al fondo del aula”, recuerda. “Siempre iba hacia allá, golpeando sus escritorios, como diciendo: ‘Oid, recordad que estamos aquí’”.
La profesora asegura que ha acertado con su método. “Sinceramente, fue una buena manera de conocerlos”.
