Thich Nhat Hanh, monje budista: “Cuando puedes ver todas las causas que llevaron a otra persona a actuar de cierta manera, el perdón surge de forma natural”
PERDÓN
El monje fue uno de los grandes referentes espirituales del siglo XX y su legado continúa vivo

Thich Nhat Hanh respondiendo las preguntas de los periodistas

Thich Nhat Hanh, fallecido en 2022, fue un monje budista vietnamita, poeta y activista por la paz, cuyo legado trasciende la espiritualidad y llega a la vida cotidiana de millones de personas en todo el mundo. Reconocido como el “padre del mindfulness”, su enseñanza se centró en la atención plena, la compasión y la práctica de la paz interior como herramientas para transformar conflictos personales y sociales.
En una de sus reflexiones recogidas en el libro 'Cómo Mirar', Thich Nhat Hanh reflexiona sobre el significado del perdón desde una perspectiva espiritual y práctica: “El perdón es fruto de estar conscientes y de la visión profunda”, empieza diciendo.

“Puedes cambiar el pasado porque sigue estando ahí, en el presente”
Comprensión. Según sus creencias, el perdón es un proceso que nace de mirar el sufrimiento del otro con comprensión y amor: “Cuando puedes ver todas las causas que llevaron a otra persona a actuar de cierta manera, el perdón surge de forma natural. No puedes forzarte a perdonar. Solo puedes sentir compasión y perdonar cuando realmente comprendes las causas y condiciones que han hecho a alguien actuar como lo hizo”, afirmó.

Atención plena. El monje vietnamita, en una sesión de preguntas y respuestas en 'Plum Village 2014', explicó cómo la atención plena es capaz de transformar el pasado: “Crees que el pasado ya se ha ido y que no puedes hacer nada al respecto, pero eso no es cierto. Puedes cambiar el pasado porque sigue estando ahí, en el presente”, explicó. Nhat Hanh defendía que solo cuando una persona se ha perdonado internamente puede ofrecer perdón a los demás.
Reflexión. Perdonarse se vuelve un acto de valentía. Implica mirar los errores sin castigo, aceptar las emociones sin huir y transformar la culpa en comprensión. Desde esa reconciliación personal surge un perdón genuino, libre de orgullo o imposición moral. Thich Nhat Hanh recordaba que la paz exterior solo es posible cuando existe paz interior. El perdón, entonces, no es olvido ni excusa: es una forma de libertad. Y como toda libertad auténtica, comienza dentro de uno mismo.
