Lyle Gittens (108 años) y Eleanor Giteen (107) se casaron en 1942 y son la pareja viva más longeva del mundo: “El secreto es que nos seguimos queriendo”

Longevidad 

a pareja estadounidense, que lleva 83 años casada y ha obtenido dos Guinness World Records, revela cuál ha sido la clave para mantener su unión

La pareja no solo ha sido premiada por su longevidad conjunta, sino también por su espíritu

La pareja no solo ha sido premiada por su longevidad conjunta, sino también por su espíritu

LongeviQuest / YouTube

No todas las historias de amor llegan a convertirse en récord mundial, pero la de Lyle Gittens (108 años) y Eleanor Giteen (107) sí. Casados desde el 4 de junio de 1942, la pareja ha sido reconocida como “la pareja casada viva más anciana del mundo” y también como “la pareja casada más anciana de la historia”, según Guinness World Records. Ocho décadas después de su boda, siguen siendo un ejemplo de compromiso, ternura y resiliencia.

Aunque cualquiera podría imaginar rituales elaborados o grandes secretos, ambos coinciden en una respuesta que, paradójicamente, es tan sencilla como poderosa. Eleanor lo resumió así ante LongeviQuest: “Nos amamos”.

Lyle, fiel a la misma esencia, solo añadió: “Amo a mi esposa”. En esos dos mensajes cabe una vida entera.

Las manos de los dos protagonistas

Las manos de los dos protagonistas

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Una historia que comenzó en los años 40

Lyle y Eleanor se conocieron en la Universidad Clark Atlanta. Era 1941 cuando iniciaron un romance marcado por la ilusión de la juventud y el contexto social de la época. Lyle era una figura destacada del baloncesto universitario, llegando incluso a entrar en el Salón de la Fama del Baloncesto Masculino de la institución. 

Un año después, en pleno apogeo de su relación, decidieron casarse. No imaginaban entonces que ese “sí, quiero” se extendería a lo largo de 83 años de vida en común.

Captura de vídeo

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Ocho décadas de amor y desafíos. Como toda pareja que ha atravesado casi un siglo de historia, han tenido que afrontar momentos difíciles. Entre ellos, la Segunda Guerra Mundial, que marcó la vida de millones de familias y puso a prueba a innumerables matrimonios. Pero los Gittens siempre siguieron adelante, convencidos de que su unión merecía la pena.

A lo largo de los años, han vivido mudanzas, cambios culturales, transformaciones sociales y avances tecnológicos que parecían ciencia ficción en los años 40. Y a pesar de todo, su relación se ha mantenido firme.

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“Nos seguimos queriendo”

Un secreto tan simple como real. En tiempos en los que la fugacidad y el desgaste emocional parecen dominar las relaciones, escuchar a una pareja centenaria decir que su secreto es seguir queriéndose resulta casi revolucionario.

Su testimonio transmite tres ideas:

  1. El amor es elección diaria, no un impulso pasajero.
  2. La complicidad se construye con tiempo, paciencia y respeto mutuo.
  3. Superar juntos las crisis fortalece la relación en lugar de destruirla.

Lyle y Eleanor representan una visión del amor que trasciende modas: la de acompañarse de verdad, incluso cuando la vida cambia alrededor.

Un récord que es también una lección. La pareja no solo ha sido premiada por su longevidad conjunta, sino también por su espíritu. En una sociedad que busca fórmulas rápidas para todo, ellos recuerdan que el amor profundo requiere constancia y generosidad.

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