Dany Blázquez, psicólogo, desmiente uno de los falsos mitos más extendidos sobre estar solo: “Casi nunca se mira lo que hay detrás de esta frase”
Soledad
El experto explica por qué la sanación emocional no se consigue en solitario y qué dicen los estudios sobre la importancia de los vínculos afectivos para superar heridas sentimentales.

Según Blázquez, muchas personas evitan vincularse por miedo al dolor que conlleva otro desengaño

“La idea de que primero tienes que aprender a estar bien solo antes de volver a enamorarte suena estupenda… pero te han mentido”. Con estas palabras, el psicólogo Dany Blázquez desmonta una creencia muy común entre quienes vienen a consulta con miedo a repetir patrones dolorosos después de una ruptura.
Para él, la frase de “estar bien solo primero” muchas veces esconde emociones más profundas, como miedo al abandono o vergüenza por necesitar amor, y rara vez aborda lo que hay debajo de esas palabras.
Por qué no basta con estar solo para sanar
Blázquez señala que muchas personas piensan que curar las heridas del corazón pasa por “arreglarse por dentro” en soledad. Sin embargo, afirma que las heridas de una relación rara vez se curan en soledad y que probablemente se necesita volver a vincularse para sanar del todo, precisamente porque no aprendimos a gestionar nuestras emociones solos, sino a través de experiencias de relación emocional con otros.

Esta idea no es solo intuitiva: la ciencia apoya que las conexiones sociales saludables son fundamentales para la salud mental y emocional. Estudios indican que la conexión social (tener vínculos íntimos, apoyo emocional y relaciones significativas) está fuertemente ligada a una mejor salud mental y física a largo plazo.
Por ejemplo, una revisión amplia sobre conexiones sociales encontró que estas relaciones pueden influir incluso en la supervivencia y el bienestar general de las personas, siendo predictores independientes de salud mental y física.
Los vínculos como sanadores de emociones profundas
La psicología evolutiva sugiere que los humanos somos seres inherentemente sociales y que nuestras emociones y regulación emocional se desarrollan en estrecha interacción con otros. No es casualidad que sentir apoyo, comprensión y compañía ayude a manejar emociones difíciles, mientras que el aislamiento crónico se asocia con efectos negativos sobre la salud emocional.
Esto también conecta con investigaciones que muestran que la soledad no es simplemente un estado interno aislado, sino una experiencia influenciada por la calidad y cantidad de conexiones sociales reales. La falta de interacción emocional significativa puede impactar negativamente en la calidad de vida y bienestar general.

Además, la teoría psicológica del apego, que tiene profundas implicaciones clínicas y terapéuticas, describe cómo los vínculos tempranos y posteriores con otras personas moldean nuestra forma de sentir, regular emociones y responder al estrés. Aunque no todos los aspectos de la teoría se aplican directamente en cada caso, su fundamento destaca que nuestros patrones afectivos se construyen a partir de las experiencias con otros, no aislados.
Por qué estar “solo para curar” puede ser una trampa. Según Blázquez, muchas personas evitan vincularse por miedo al dolor que conlleva otro desengaño. Y es cierto que experimentar una ruptura puede generar miedo, vergüenza o ansiedad por volver a confiar. Pero rechazar todas las oportunidades afectivas por temor puede reforzar la creencia dañina de que necesitar a alguien es un signo de debilidad, cuando en realidad es una parte fundamental del desarrollo emocional humano.
El psicólogo enfatiza que lo que realmente ayuda a reeducar al cuerpo y a la mente es vivir experiencias nuevas y diferentes, no aislarse de ellas. Un vínculo en el que se pueda expresar vulnerabilidad, recibir límites amorosos, sentir consuelo o ser escuchado puede ofrecer un aprendizaje emocional que no ocurre en completo aislamiento.
La sanación no se consigue solo con perspectiva interna
Esto no significa que pasar tiempo con uno mismo no tenga valor —la introspección puede ser útil—, pero no reemplaza el impacto que tienen los vínculos saludables en la recuperación emocional. Estudios publicados en NLM (National Library of Medicine) señalan que el aislamiento social y la soledad crónica están asociados a depresión, ansiedad y deterioro del bienestar, mientras que las relaciones saludables contribuyen a una mayor estabilidad emocional y resiliencia.

Una frase para recordar. Blázquez resume este enfoque con una afirmación clave que contrapone el mito común: “Las heridas de amor se curan con amor.” Porque, como él apunta, para aprender a sanar y transitar un duelo romántico es fundamental reconocer que las emociones no se desarrollan en el vacío, sino en contacto, en diálogos, en miradas que sostienen, abrazos que calman y experiencias compartidas que enseñan.