Fabrizio Romano, el nombre que se ha convertido en sinónimo de exclusivas en el mercado de fichajes, ha respondido con firmeza a quienes le acusan de haber aceptado sobornos para publicar rumores sobre traspasos. En una entrevista con Iker Casillas en el programa Bajo Los Palos, el periodista italiano no ha esquivado la polémica:
“Se habla mucho, pero solo me pasó que hace tres años un agente de Grecia quería pagar para publicar algo”, ha explicado. Con más de una década de experiencia en el periodismo deportivo y una reputación forjada a base de aciertos, Romano ha dejado claro que su ética profesional no está en venta: “Le dije que imposible y le bloqueé en WhatsApp”.
El precio de la popularidad
El ascenso de Fabrizio Romano ha sido meteórico. Su capacidad para adelantarse a medios, clubes e incluso a los propios protagonistas del mercado de fichajes le ha convertido en una figura de referencia global. Sin embargo, esa notoriedad también tiene un coste.
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“A medida que he ido ganando popularidad, el círculo se ha ampliado. Cada día contacto con representantes, jugadores, directivos...”. Romano detalla que Instagram ha sido clave en su crecimiento profesional. Gracias a esta red social, muchos de sus contactos directos se inician con un simple mensaje privado. Pero también es ahí donde algunos intentan manipular la información a su favor.
“El mundo del fútbol puede parecer muy grande, pero es muy pequeño”
Lejos de mostrarse ingenuo, Romano reconoce que los intentos de engaño han existido, sobre todo en sus primeros años de carrera: “Intentaron engañarme cuando era un poco más joven, con alguna información falsa”.
Afortunadamente, la experiencia y una red de fuentes sólida le permiten contrastar con rapidez. “Cuando conoces a 1.000 personas en el fútbol, averiguarlo es bastante fácil, es la parte más fácil”, asegura.
Sobre las acusaciones publicadas en 2024 por medios daneses y noruegos que lo vinculaban con sobornos, Romano ha sido tajante: “Nunca me ha pasado y nunca lo haría”.
Una agenda privilegiada y un método exigente
Para lograr el volumen de exclusivas que maneja, el periodista italiano mantiene un ritmo de trabajo exhaustivo: “Cada día tienes que ser perfecto. Sacar la información, averiguarla, confirmarla. Es agotador, pero gratificante”.
Con una agenda telefónica envidiable, Romano ha construido una red que le permite verificar cualquier dato en cuestión de minutos. Este sistema, unido a su férrea ética profesional, le ha hecho ganarse la confianza de clubes, jugadores y millones de seguidores en todo el mundo.