Lograr una estabilidad financiera que nos proporcione tranquilidad y permita hacer crecer nuestro patrimonio es un objetivo común, pero el camino para alcanzarla often parece difuso. David Forcada, asesor financiero, ofrece una hoja de ruta clara y accesible para cualquier persona, independientemente de sus ingresos.
Su método se basa en tres pilares fundamentales: el control exhaustivo de los gastos, la creación de un colchón de seguridad y la inversión disciplinada. Un proceso que, seguido con constancia, transforma la relación con el dinero.
Primer paso: el control absoluto de los gastos
Antes de siquiera pensar en invertir, Forcada insiste en la necesidad de realizar un diagnóstico preciso de nuestra situación. Para ello, recomienda dos métodos complementarios y muy prácticos.
Es importante llevar la cuenta de nuestros ingresos y gastos mensuales
El primero es el método Kakebo, una herramienta japonesa que consiste en registrar todas y cada una de los gastos para luego reflexionar sobre ellas. “Establecer cuáles son necesarios, cuáles son prescindibles y de ahí establecer un ahorro mensual”, explica el asesor. Este ejercicio de concienciación es crucial para identificar fugas de dinero y optimizar nuestro flujo de caja.
El segundo método es la popular regla 50-30-20, que propone destinar el 50% de los ingresos a gastos necesarios (vivienda, alimentación, transporte), el 30% a gastos extras y ocio, y el 20% al ahorro. Forcada matiza que “esto es muy flexible y depende de cada uno”, pero subraya la importancia de reflexionar sobre cuánto podemos ahorrar cada mes, ya que este será el combustible para los siguientes pasos.
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Segundo paso: la piedra angular de la tranquilidad, el fondo de emergencia
Una vez establecida una capacidad de ahorro, el siguiente escalón es prioritario: la creación de un fondo de emergencia. Forcada lo define como un colchón de dinero “sin riesgo, disponibles, líquidos” que debe estar depositado en un producto de fácil acceso, como un compte remunerat o un fondo monetario.
Su finalidad es cubrir imprevistos como una reparación urgente, una enfermedad o un periodo de desempleo, evitando así tener que endeudarse de forma precipitada. ¿Cuál debe ser su cuantía? El asesor financiero da una guía clara: “está en función de los ingresos que tengas, que pueden ser dos, tres, cuatro o cinco meses de sueldo”. Este fondo es la base de la tranquilidad financiera y debe consolidarse por completo antes de dar cualquier paso posterior.
Tercer paso: eliminar lastres y empezar a invertir con inteligencia
Con el fondo de emergencia ya constituido, Forcada señala la siguiente etapa como “imprescindible”: eliminar todas las deudas caras. Se refiere a aquellas deudas con tipos de interés elevado que se pagan por bienes que no generan ingresos (tarjetas de crédito, préstamos al consumo). “Todo lo que vamos ahorrando” en esta fase debe destinarse a cancelar estas “deudas malas” que drenan nuestra economía.
Solo una vez liberados de este lastre, se puede pasar a la fase de inversión a largo plazo. La estrategia de Forcada es sencilla y potente: invertir de forma constante ese 20% (o el porcentaje logrado) del ahorro mensual. “Lo vamos invirtiendo constantemente en productos de renta variable”, recomienda para objetivos a largo plazo, haciendo hincapié en la diversificación para repartir el riesgo.
