Jaume Fatjó, veterinario y etólogo: “Lo que está haciendo tu gato cuando se tira repentinamente sobre tus tobillos es cazarte y lo promovemos sin querer”

Visto en TikTok 

El experto en comportamiento animal explica por qué tu gato embosca tus tobillos y cómo, sin darnos cuenta, reforzamos esa conducta desde casa.

Jaume Fatjó durante el podcast

Jaume Fatjó durante el podcast

Tenía la duda / YouTube

Si vives con un gato, probablemente ya hayas experimentado ese momento en el que cruzas una esquina y, sin previo aviso, una pequeña fiera se abalanza sobre tus tobillos. ¿Diversión o agresión? ¿Juego o ataque? Según el veterinario y etólogo Jaume Fatjó, la respuesta es clara: “te está cazando”.

En su intervención en el podcast Tenía la duda, presentado por Judith Tiral, Fatjó explica en qué consiste esta conducta, tan común como incomprendida. “Lo que técnicamente los veterinarios, los etólogos, llamamos agresividad por juego”, señala. Aunque parezca una travesura inofensiva, puede causar dolor, sustos e incluso lesiones leves. Y lo más sorprendente es que, en muchas ocasiones, los humanos somos responsables sin saberlo.

¿Qué está haciendo exactamente tu gato?

Fatjó lo describe como una secuencia muy típica en gatos domésticos: el felino se esconde, espera a que pases, sale corriendo, se lanza al tobillo o a las pantorrillas, te abraza con las patas delanteras, a veces clava las uñas o muerde... Y luego se escapa. Aunque se enmarca dentro del juego, tiene todos los elementos de una caza en miniatura. Y el gato lo vive como tal.

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Gato observando

Getty Images/iStockphoto

“El gato aquí lo que está haciendo es dirigir esas ganas que tiene de jugar a cazar hacia algo que no es adecuado”, explica el experto. Y no solo no es adecuado, sino que puede intensificarse si no se corrige a tiempo.

Gato atacando

Gato atacando

@gatos.educativos / TikTok

¿Y por qué lo hacen? La causa de fondo es el instinto. Los gatos, incluso los domésticos, mantienen vivos los patrones de caza de sus antepasados. Lo que comienza como una manera de canalizar energía acumulada, puede convertirse en un problema de conducta si no se gestionan bien los juegos y los estímulos.

“Le llamas juego, pero a veces puede subir mucho de intensidad y para algunas familias puede llegar a ser un problema”, advierte Fatjó.

Captura de vídeo

Captura de vídeo

Tenía la duda / YouTube

La culpa (sin saberlo), es tuya

Uno de los errores más comunes que comenten los cuidadores es jugar con las manos. Esos momentos en los que movemos los dedos delante del gato, o le provocamos para que los persiga, pueden enviar un mensaje confuso: “esto también se puede cazar”.

“Eso no lo tendríamos que hacer”, insiste el veterinario. “Aquellos juegos de hacer así con la mano para que te persiga... Eso lo tienes que evitar siempre”. Es decir, sin pretenderlo, estamos enseñando al gato que morder y atacar extremidades humanas forma parte del juego.

¿Cómo evitarlo? La clave está en redirigir esa energía y ese instinto cazador hacia juguetes apropiados: cañas con plumas, ratones de tela, pelotas que se mueven... Todo menos manos y pies. También es importante observar si esas emboscadas coinciden con momentos de aburrimiento o falta de actividad. El juego estructurado y diario puede prevenir este tipo de comportamientos.

Y sobre todo, recuerda que no es una conducta maliciosa. Tu gato no tiene intención de hacer daño, pero si no le das alternativas, terminará atacando lo que tenga más a mano… o más a tobillo.

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