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Juan Carlos Castilla, especialista en educación canina: “Es normal que tu perro se muestre apático y que parezca enfadado cuando vuelves a casa después de vacaciones”

Mascotas 

El adiestrador canino explica que los cambios de conducta tras pasar unos días en una residencia son un proceso de reajuste emocional y no un enfado real hacia los dueños.

Perro encima de una maleta 

Terceros

Las vacaciones son una oportunidad para desconectar, pero para muchos dueños de perros también suponen el reto de dejar a sus mascotas en una residencia o albergue canino. A la vuelta, no son pocos los que notan a sus animales más distantes, apáticos o incluso con actitudes que interpretan como “enfado”.

El especialista en conducta canina Juan Carlos Castilla, director y fundador de Noblecan, aclara en una entrevista recogida por Telecinco que este comportamiento es completamente normal y tiene una explicación.

Perro asomando por la ventana

Getty Images/iStockphoto

Por qué tu perro necesita un “reajuste” al volver a casa

Los perros son animales de rutinas y vínculos. Cuando se rompe su “mapa de seguridad” —sus horarios, su entorno y la cercanía de sus figuras de apego—, pueden necesitar varios días para recuperar la estabilidad emocional. Aunque en el albergue reciban buenos cuidados, se enfrentan a ruidos, olores y personas desconocidas, algo que puede generar un estrés acumulado.

Perro en casa 

Pixabay

Por eso, Castilla insiste en que, a la vuelta de las vacaciones, no hay que esperar que el perro esté feliz y juguetón de inmediato: lo que necesita es seguridad, normalidad y tiempo para volver a sentirse en su entorno.

Cómo ayudar a tu perro tras volver de vacaciones

  • No forzar el contacto físico: deja que sea el perro quien lo busque. Si se acerca, respóndele con calma, caricias suaves y un tono de voz bajo.
  • Evitar recibimientos exagerados: una fiesta de bienvenida puede aumentar su ansiedad. Mejor transmitir tranquilidad y rutina.
  • Recuperar rutinas cuanto antes: mismos paseos, horarios de comida y tiempos de descanso ayudan a que todo vuelva a su sitio.
  • No reñir ni sobreproteger: comportamientos como marcar o demandar más atención no son “malas conductas”, sino señales de adaptación.
  • Consultar a un educador canino si pasados 3 o 4 días el perro sigue sin comer, sin dormir o con conductas muy alteradas.

Perro juega con su dueño

Getty Images

Tiempo y calma: la clave de la adaptación

En palabras de Castilla, lo más importante es entender que el comportamiento del perro es una respuesta emocional a la experiencia vivida. Con paciencia y rutinas claras, la mayoría recupera la normalidad en pocos días.

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