La adicción digital no es ya un riesgo lejano, sino una realidad presente en muchos hogares. Niños que necesitan vídeos para comer, adolescentes que no pueden desconectarse de las redes sociales, y familias que, aun estando juntas, viven separadas por la luz azul de sus dispositivos. En este contexto, educar en la atención, el autocontrol y el pensamiento crítico no es un lujo, sino una necesidad urgente.
El profesor de Harvard, Arthur Brooks, en una entrevista en el podcast de Kevin Rose, ha afirmado que la clave para que los niños no desarrollen adicciones tecnológicas está en el comportamiento de los padres.

Miles de padres se alían para que sus hijos no tengan móvil hasta los 16 años
Los hijos imitan conductas. Brooks considera que los más pequeños prestan más atención a los ejemplos y menos a las palabras: “No les importa lo que digas. No te van a escuchar. Tienes que modelar exactamente lo que quieres ver”, comenta. Si nuestro deseo es que dejen el móvil durante la cena deberíamos ser los primeros en dar ejemplo: “Y no va a funcionar de inmediato, pero ese ejemplo sí da resultado”, advierte.

Adiccion movil
El entorno familiar funciona como un espejo. El experto recuerda que todas las acciones tienen algún tipo de incidencia en el comportamiento de nuestros hijos: “Si quieres que tus hijos practiquen la fe, tú debes practicarla. Si no quieres que beban, no deberías beber. Si no quieres que insulten al volante, no deberías hacerlo tú”, comenta.
Reflexión. La clave no está en demonizar las pantallas, sino en acompañar a los hijos en su uso, poner límites sanos y fomentar espacios donde la conversación, la creatividad y el vínculo humano tengan lugar. Porque si bien la tecnología seguirá evolucionando, el reto sigue siendo el mismo de siempre: formar personas libres, críticas y emocionalmente sanas.