Pocos momentos resultan más desconcertantes para un padre o madre que descubrir una mentira en boca de su hijo. ¿Por qué lo hizo? ¿En qué momento comenzó a ocultar la verdad? La mentira, aunque difícil de afrontar, forma parte del proceso natural de desarrollo infantil. Sin embargo, lejos de ser un simple acto de rebeldía, suele ser un reflejo de necesidades emocionales no expresadas o de un entorno que no siempre permite el error sin juicio.
El psicólogo Javier de Haro, en uno de sus últimos vídeos publicados en su canal de TikTok, ha explicado por qué los niños mienten y que podemos hacer como padres en estas situaciones: “Es algo normal que a partir de los dos o tres años nos puedan decir mentiras. No hay que asustarse ni hacer un drama” empieza diciendo.

Imagen de una niña llorando.
¿Por qué lo hacen? El experto señala que no lo hacen ni para fastidiarnos ni para chantajearnos. Muchos niños pequeños empiezan a decir mentiras como una respuesta emocional: “No digo que esté bien ni que tengamos que permitirle hacerlo, pero pensad que la gran mayoría de las veces lo hacen como respuesta emocional por miedo a la consecuencia, por vergüenza o por muchos otros motivos. Y ya sabemos que los niños pequeños están aprendiendo a gestionar sus emociones, por eso, muchas veces cuando mienten, lo usan como un mecanismo de defensa”, comenta.

Un niño caminando con la ayuda de sus padres
La respuesta a las mentiras ayudará a minimizarlas
Primer consejo. Dejar un espacio para que puedan contarnos lo que quieran, sin juzgar, sin criticar, sin culpabilizar… es fundamental para que sembremos confianza con ellos. Ya no con los niños, con los adultos también. Saber escuchar y estar cuando nos necesiten para ayudarles facilita la comunicación y ésta es fundamental para decir la verdad o reconocer una mentira.
Segundo consejo. Hay que dejar de sobre atender lo negativo y centrarnos también en valorar lo positivo. Muchas veces si mi hijo miente, pega, es desordenado, etc. estamos muy pendientes de corroborar eso de forma inconsciente y eso hace que no seamos tan conscientes de todo lo positivo que tienen. Eso viene acompañado muchas veces de una dinámica donde la mentira está muy presente ya que tienden a hacerlo más para evitar líos o sentirse acusados por algo.

Un niño charlando con su padre
La confianza es muy importante. El experto señala que a veces, como nos pasa a nosotros, pueden hacerlo mal y se ponen tan nerviosos que les cuesta recular y reconocer que están diciendo una mentira. Dales un poco de tiempo diciéndole, si es 100%seguro que miente, que sabes que no es así pero que es normal mentir por miedo, nervios, frustración… aún así explícale que hay que decir la verdad para no perder la confianza.
En el caso de tener dudas. Si no estás seguro, ten en cuenta que el miedo a las consecuencias favorece la mentira… por eso, dile que si te dice la verdad estarás muy orgulloso y le ayudarás a reparar lo que haya sido porque sois un equipo.