La autoexigencia y el diálogo interno negativo son, para muchas personas, una constante diaria. Pero ¿qué ocurre cuando ese machaque se retroalimenta y se convierte en un bucle sin salida? Rocío Lacasa, psicóloga y divulgadora en redes sociales, ha puesto palabras a una experiencia emocional que muchos viven pero pocos identifican con claridad: el machacarse por machacarse.
En uno de sus vídeos más virales de TikTok, la psicóloga comparte el caso de una de sus pacientes que se sentía completamente desbordada por sus pensamientos autocríticos. “Estoy todo el día machacándome, culpándome, castigándome”, relataba la mujer. Ante ello, Lacasa lanza una pregunta clave: “¿Te das cuenta de que te estás machacando por machacarte?”.
Cuando la culpa se multiplica
El ciclo del machaque. Este fenómeno psicológico ocurre cuando, además de criticarnos por algo que hemos hecho o sentido, añadimos una segunda capa de juicio: sentirnos mal por sentirnos mal. Según explica Lacasa, esto solo incrementa el malestar y la desconexión con uno mismo: “Cuanto más me machaco, peor me siento. No me funciona ya esta estrategia aprendida”, señala.

Captura de vídeo
Para la especialista, esta actitud no nace del vacío: es un patrón aprendido. A menudo, las personas desarrollan este tipo de regulación emocional como forma de motivarse o corregirse, aunque con el tiempo se convierte en una fuente constante de angustia.
¿Cómo frenar este bucle? La clave, según la psicóloga, está en detenerse. Reconocer el ciclo sin juzgarlo, asumir que es un aprendizaje antiguo y que hubo una intención positiva detrás: querer mejorar. Desde ahí, Lacasa sugiere cambiar de estrategia: sustituir la autocrítica por la amabilidad.

Frustración
“Soy amable cuando me pillo que me estoy machacando y suelto”, afirma. La amabilidad, dice, no es autoindulgencia, sino una herramienta terapéutica que permite romper con el automatismo del juicio constante y generar nuevas formas de relación con uno mismo.
Amabilidad frente al machaque automático
Aunque parezca simple, poner fin al ciclo del machaque interno no es fácil. Requiere consciencia, práctica y paciencia. Por eso, Rocío Lacasa insiste en que el primer paso es darse cuenta: identificar cuándo ese machaque se ha convertido en costumbre y comenzar a reemplazarlo por una voz interna más compasiva.
“Amabilidad ante el machaque automático e inconsciente”, concluye en su reflexión. Una invitación clara y directa a tratarnos con más cuidado en un mundo que muchas veces ya nos exige demasiado desde fuera.