Las experiencias cercanas a la muerte no son un fenómeno nuevo, pero han ganado visibilidad gracias a avances médicos que permiten reanimaciones más eficaces y al auge de testimonios compartidos en medios y redes sociales. Los relatos varían, pero hay constantes sorprendentes: sensación de paz, disociación del cuerpo, visiones de túneles o luces brillantes, reencuentros con seres queridos ya fallecidos, y una revisión acelerada de la propia vida.
Jesús Martínez Fernández es un especialista en neurocirugía que ha realizado una intervención en el podcast 'The Wild Project'. En uno de los momentos del vídeo ha relatado como durante una operación cerebral con el paciente despierto, este aseguró haber salido de su cuerpo para trasladarse a un muñeco gigante de madera flotando en el aire. Ocurrió mientras el cerebro estaba siendo estimulado durante la intervención.
Hay pacientes que no se atreven a explicar la ECM que han experimentado
“Empecé a atravesar plantas del hospital, como si atravesara el suelo”
Intervención. El cirujano explica como el paciente estaba siendo operado de un tumor en una zona cerebral relacionada con el reconocimiento de emociones y la predicción de comportamientos sociales. Durante la intervención, los médicos le pedían al paciente que realizara tareas cognitivas para garantizar que las áreas funcionales no fuesen dañadas. Tras una estimulación concreta, el paciente desconectó y a los pocos minutos volvió en sí.
Imagen de recurso de un quirófano.
Viajes extracorpóreos. Cuando recobró la conciencia el paciente contó algo que sorprendió a todos los presentes: “Sentí que salí de mí y mi conciencia pasó a estar en un muñeco gigante de madera. Sentí que era yo, pero que estaba dentro del muñeco flotando en el aire, en el quirófano”, relató. Ante lo sucedido, el doctor estimuló una zona ligeramente superior, con el mismo resultado: perdió la conexión durante un poco periodo de tiempo y luego regresó. Lo que contó fue todavía más extraño: “Sentí que salía del cuerpo y me metía en un vacío, como si fuera un agujero negro. Empecé a atravesar plantas del hospital, como si atravesara el suelo. Lo he vivido como si hubiera durado 20 minutos”, explicó. Durante ese tiempo su frecuencia cardíaca se disparó hasta casi los 200 latidos por minuto.
No hay explicación. El propio Jesús Martínez reconoce que no tienen ninguna explicación para lo sucedido. Tan solo saben que se produjo una alteración completa de la percepción del yo y del paso del tiempo. Después de contar la anécdota, el cirujano abrió la puerta a que la explicación esté fuera de nuestro alcance: “Obviamente, ahí pasa algo”, terminó diciendo.

