A pesar de haber sido reconocida por la Organización Mundial de la Salud en 1992 como una enfermedad real, la fibromialgia sigue cargando con un fuerte estigma social y médico. ¿La razón? Su carácter invisible. No deja huellas en radiografías ni análisis de sangre. No presenta inflamaciones visibles ni lesiones aparentes. Y eso, en una sociedad que aún vincula enfermedad con evidencia física, se convierte en un obstáculo más para quienes la padecen.
El neurólogo y divulgador Chema González de Echávarri ha publicado un vídeo en sus redes, en el que desmonta algunos de los estigmas que rodean esta enfermedad crónica.

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“En pacientes con fibromialgia, hay una respuesta anómala en la secreción de cortisol, la hormona del estrés”
Sistema nervioso central. El experto empieza explicando que, entre las personas con fibromialgia, se observa una hiperexcitibilidad en el procesamiento del dolor. Aunque los estímulos dolorosos sean leves, el cerebro reacciona de una forma excesiva.
Desequilibrio en la química cerebral. Chema afirma que en los pacientes con fibromialgia se han encontrado cambios en la secreción de glutamato, sustancia P, dopamina, serotonina y noradrenalina“”, todos ellos compuestos directamente implicados en la modulación del dolor.

Los dolores musculares y el cansancio son síntomas habituales de la fibromialgia
Variaciones genéticas y epigenéticas. Estas alteraciones afectan a genes relacionados con el transporte de neurotransmisores como la dopamina o la serotonina, así como a otros implicados en la respuesta al estrés, la inflamación y el dolor.
Hipótesis. Teniendo todos estos factores en cuenta, existe una hipótesis que afirma que esta enfermedad no responde a un solo factor, sino que es una combinación de predisposición genética y desencadenantes externos: “En pacientes con fibromialgia, hay una respuesta anómala en la secreción de cortisol, la hormona del estrés”, explica Chema. Esto facilitaría la cronificación del color y la aparición del cansancio extremo.

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Signos de inflamación de bajo grado en el organismo de los pacientes. Existen estudios que han detectado niveles elevados de citoquinas proinflamatorias tanto en el plasma como en el líquido cefalorraquídeo, lo que sugiere una activación inmune persistente.
Alteración del sistema nervioso autónomo. Es el responsable de funciones involuntarias como la frecuencia cardiaca o el sueño. Esto podría explicar la variedad de síntomas que presentan los pacientes.
Mensaje final. El doctor Echávarri afirma que la fibromialgia es una alteración en el procesamiento central del dolor, y no es solo algo puramente psicológico ni que la gente se lo invente: “Es una entidad neurobiológica muy compleja, de la que estoy seguro de que no conocemos ni la mitad de cosas”, termina diciendo.