En la mayoría de las aerolíneas, una piloto embarazada debe dejar de volar casi de inmediato tras notificar su estado. No se trata de una norma universalmente establecida por organismos internacionales, sino de políticas internas, recomendaciones médicas o protocolos de seguridad que varían según el país, la empresa y el tipo de vuelo.
Savina Paül es una piloto de aviación comercial española. Además de su carrera en la aviación, se ha destacado como influencer en redes sociales, donde comparte su estilo de vida activo y saludable. En uno de sus últimos vídeos ha explicado por qué las mujeres piloto deben dejar de volar al enterarse de que están embarazadas.
Savina antes de un vuelo
“Tenemos que estar preparados para cualquier tipo de emergencia”
Los peligros de estar en cabina. Diversos factores médicos y operativos hacen que volar durante la gestación conlleve peligros específicos para ella y para el feto.
Radiación cósmica. A gran altitud, la tripulación está expuesta a niveles de radiación ionizante mucho más altos que en tierra. Según la Administración Federal de Aviación de EE. UU. (FAA), bastan 80 horas de vuelo en rutas de gran altitud para superar el límite recomendado de 0,5 mSv mensuales para embarazadas, y solo un trimestre de operaciones podría alcanzar el tope de 1 mSv anual considerado seguro para el feto: “Evidentemente como mujer embarazada puedes volar, pero es muy distinto estar en cabina”, afirma Savina.
Una mujer embarazada
Hipoxia y cambios de presión. A pesar de que el líquido amniótico protege al feto de las variaciones de presión, la madre puede sufrir hipoxia, falta de oxígeno, en vuelos prolongados sin el debido suministro suplementario. El uso de oxígeno por encima de los 12 500 pies es esencial para evitar la pérdida de juicio y los síntomas iniciales, imperceptibles sin entrenamiento específico, que pueden poner en peligro la seguridad de la cabina.
Fatiga, náuseas y riesgos mecánicos. Los síntomas típicos del embarazo como mareos, náuseas y fatiga intensa, suelen agudizarse en el primer y tercer trimestre, cuando además la movilidad reducida dificulta maniobras críticas en cabina. En caso de turbulencias severas, el riesgo de lesiones por impactos y la imposibilidad de evacuar rápidamente agravan la vulnerabilidad de la madre y el bebé: “Tenemos que estar preparados para cualquier tipo de emergencia, si tienes que evacuar el avión o hacer cualquier plan de emergencia y estás embarazada, se puede considerar que igual no estés tan ágil o preparada para lidiar con una situación así”, afirma Savina al final del vídeo.

