El pan, ese alimento básico que ha acompañado a la humanidad desde el inicio de la agricultura, sigue ocupando un lugar central en nuestras mesas. Es símbolo de hogar, de tradición y de sustento. Pocas cosas evocan tanto la calidez de lo cotidiano como una barra recién horneada. Sin embargo, en un mundo donde la oferta se multiplica y los procesos se industrializan, cabe preguntarse: ¿todo el pan que consumimos hoy es igual de saludable? ¿Tiene la misma calidad?
María Casas, conocida en redes sociales como @mariasquatfit, es una creadora de contenido española centrada en el ámbito del fitness, la salud y la nutrición. En uno de sus últimos vídeos ha dado las mejores recomendaciones para elegir un pan saludable. También ha lanzado un mensaje para reflexionar sobre la conciencia de los alimentos que decidimos ingerir.

Pan y harina
¿Cuál es el mejor pan que podemos comprar?
Pan de molde con harinas refinadas. La experta empieza el vídeo afirmando que es el peor pan que podemos encontrar en el mercado: “No sacia mucho y es el pan que tiene menos fibra ”, comenta.
Pan clásico. Se trata del pan de toda la vida, hecho con harina blanca y masa madre: “Sigue sin tener los nutrientes del grano de trigo entero, aunque es mejor que el otro porque es masa madre y ha fermentado lento”, señala.

El pan de molde integral es más recomendable por su contenido en fibra
Pan de cereales. Esta hecho con una mitad de harina integral y otra mitad de harina refinada. Es una buena opción para pasarnos al pan integral: “Además está muy rico”, añade.
Pan integral de masa madre. María afirma que es el mejor pan que podemos comer: “Su fermentación lenta con masa madre hace que se digiera mucho mejor y favorece la salud intestinal.
Mensaje. La clave ya no está en demonizar productos o imponer restricciones rígidas, sino en comer con conciencia plena. Y es justamente ahí donde empieza un verdadero cambio de nivel en nuestra relación con la salud. Cuando la alimentación deja de ser una lista de reglas para convertirse en un diálogo con uno mismo, la salud se transforma. No solo en términos físicos, sino también en bienestar emocional.