Cada vez más juguetes y materiales educativos se presentan en el mercado con una etiqueta que promete calidad pedagógica: “Montessori”. Sin embargo, ¿cuántos de ellos responden realmente a los principios de esta metodología?
La profesora de infantil Corina Cuenca, conocida en redes por su enfoque crítico y divulgativo sobre educación, ha lanzado una reflexión que no ha dejado indiferente a padres ni educadores: “Igual no hace falta que a todo se le llame ‘material Montessori’, hay mucha desinformación sobre este método”.
El problema de llamar “Montessori” a todo
En uno de sus vídeos, Cuenca lanza una crítica directa al uso excesivo y comercial del nombre de María Montessori, la pedagoga italiana que revolucionó la educación infantil en el siglo XX. “Me imagino a María Montessori alucinando con que se use su nombre para vender más productos”, comenta con ironía. Su reflexión ha generado un intenso debate entre familias que buscan una crianza consciente y profesionales de la educación que observan con preocupación cómo se trivializa una pedagogía con fundamentos sólidos.

Captura de vídeo
Cuenca, que no se adscribe exclusivamente a una metodología concreta, defiende una visión flexible y abierta en el aula: “Yo no me caso con ninguna. Utilizo de todo un poco”. Sin embargo, precisamente por eso, subraya la importancia de no utilizar etiquetas de forma indiscriminada. Según la profesora, muchos productos se venden como Montessori simplemente porque están de moda, aunque no respeten ni el diseño ni el enfoque de esta pedagogía.
Uno de los ejemplos más llamativos que menciona es el del arcoíris Waldorf, un material propio de otra corriente pedagógica, pero que a menudo se comercializa como si fuera parte del método Montessori. “Que no sea un material Montessori no implica que no sea bueno; simplemente puede pertenecer a otra pedagogía”, aclara.

Arcoíris Waldorf
Criterios reales por encima de etiquetas. Para Cuenca, lo importante no es si un material lleva la palabra mágica en su embalaje, sino si cumple con ciertos criterios: que sea seguro, de calidad, que promueva la autonomía, el juego libre y la imaginación. “Comprad materiales que sean seguros, de calidad y que fomenten la autonomía”, recomienda a las familias. Apuesta por una educación consciente y adaptada, sin caer en dogmas ni en modas comerciales.

Los materiales Montessori
Educación con sentido
Más allá del marketing. La docente recuerda que el objetivo de cualquier recurso educativo debe ser adaptarse a las necesidades reales del niño o niña, no responder a estrategias de marketing. “A mí me gusta coger pinceladas de las que más me gustan”, afirma, y anima a padres y educadores a hacer lo mismo, sin sentirse obligados a seguir una sola línea pedagógica.
Corina Cuenca promete en sus redes sociales ampliar próximamente sus consejos sobre cómo identificar materiales Montessori genuinos. Mientras tanto, lanza un mensaje claro: “Hay personas especializadas en la pedagogía Montessori que seguro que os ayudan a implementarla correctamente”. Su reflexión se ha convertido en una llamada a informarse mejor, consumir con criterio y, sobre todo, poner siempre al niño en el centro del aprendizaje.