Con más de 50 millones de envases dispensados en 2022, el omeprazol es uno de los medicamentos más recetados en España. Sin embargo, su uso generalizado esconde un problema de fondo: no lo estamos utilizando bien. Así lo advierte Pablo García, farmacéutico malagueño y divulgador en redes sociales, que en su libro El frío no resfría (Grijalbo, 2025) desmonta uno de los mitos más extendidos en la sanidad española.
“Hay pocos medicamentos tan mal usados en España como el omeprazol”, afirma el autor. Y añade con contundencia: “No es un protector de estómago”.
¿Un escudo gástrico? No exactamente
La idea de que el omeprazol actúa como un “escudo” frente a comidas copiosas, alcohol o medicamentos es errónea y, según García, peligrosa. “Ese concepto ha hecho mucho daño”, apunta. “Muchos creen que crea una capa que recubre el estómago y lo hace inmune a cualquier cosa, como si uno pudiera comerse piedras y no pasara nada, pero no es así”.
Omeprazol
En realidad, se trata de un inhibidor de la bomba de protones, un fármaco que reduce la acidez del estómago al disminuir la producción de ácido clorhídrico. Es útil en casos concretos como el reflujo gastroesofágico crónico, las úlceras gástricas o duodenales, y como parte del tratamiento contra la bacteria Helicobacter pylori.
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Uso indebido y efectos contraproducentes. El problema es que muchas personas lo toman sin que exista una indicación médica clara. “Usarlo antes de salir de fiesta o tras una comida copiosa no solo no es necesario, sino que puede ser contraproducente”, señala el farmacéutico. ¿El motivo? “El ácido gástrico es esencial para una buena digestión, y reducirlo artificialmente podría hacer que esa comida te siente incluso peor”.
Tampoco está indicado para aliviar un ardor puntual. “No es un medicamento de acción inmediata: puede tardar entre 4 y 6 horas en hacer efecto. En esos casos, es como si no te hubieras tomado nada”.
Comprimidos de omeprazol
Además, alerta del riesgo de normalizar su consumo, especialmente entre quienes toman muchos medicamentos: “Solo está justificado cuando se usan de forma crónica antiinflamatorios que dañan la mucosa gástrica, como el ibuprofeno, la aspirina o el naproxeno”.
La desinformación, una amenaza para la salud
A través de su perfil @medicadoo, Pablo García lleva años desmontando mitos sanitarios en redes sociales. Su objetivo es claro: luchar contra la desinformación, que en temas de salud puede tener consecuencias graves.
“Estamos completamente rodeados de fake news, que en el ámbito sanitario resultan especialmente peligrosas porque siembran dudas sobre la ciencia y ponen en riesgo a las personas”, denuncia en el libro.
