Descubrir que ya no encajas con tu grupo de amigos de toda la vida es una decepción emocional que puede provocar un proceso de duelo tan silencioso como inevitable. La sensación de no pertenecer, de estar de más o de callar partes de uno mismo para encajar, puede generar una mezcla de culpa, nostalgia y soledad difícil de gestionar. Aceptar que uno ha cambiado es una forma de madurez emocional, aunque duela.
La psicóloga Carolina Andersson es una profesional española especializada en salud mental con presencia activa en redes como TikTok, donde comparte reflexiones sobre relaciones, trauma y bienestar emocional. En uno de sus vídeos más recientes ha reflexionado sobre lo doloroso que es darse cuenta de que ya no encajas con tu grupo de amigos de toda la vida.

Solemos pensar que todas las amistades son para siempre
“Una parte de ti se obliga a quedarse en esa relación para no decepcionar y no herir a tus amigos”
Sentimiento de culpa. La experta afirma que muchas veces el vínculo se prolonga más allá de lo deseado por un sentimiento de culpa que nos hace pensar que fallamos a los demás al distanciarnos: “Nos obligamos y forzamos a mantener amistades que realmente ya no nos están aportando nada por un sentimiento de culpa”, señala.
Carga emocional constante. En nuestro interior se genera un conflicto donde una parte busca permanecer para no hacer daño, mientras que la otra se debate entre la incomodidad y el malestar: “Tú sientes que eres el problema, que ya no encajas en ese lugar”, explica.

Un grupo de amigos cenando
Fingir para no decepcionar. Sin quererlo, esta tensión emocional puede terminar dañando a todos los implicados: “Una parte de ti se obliga a quedarse en esa relación para no decepcionar y no herir a tus amigos, pero es que otra parte de ti se siente ansiosa, incómoda, siente incluso rabia”, comenta la experta.
Mantener relaciones no deseadas acaba afectando al bienestar. Una de las señales más evidentes es cuando nos sentimos forzados a reírnos o a mostrar interés por cosas que nos son irrelevantes.
Recomendación. Andersson propone dejar de ver la situación en blanco y negro para explorar nuevas formas de vínculo más flexibles. Otra solución es hablarlo de manera abierta con el grupo de amigos: “A lo mejor puedas tener la oportunidad de poder expresar a tus amigos cómo te sientes con la situación”, termina diciendo. Aprender a cerrar ciclos o transformar una relación también es una forma de amar a alguien.