En un mundo centrado en el éxito individual y la productividad personal, Víctor Küppers rescata el valor de una cualidad aparentemente sencilla pero profundamente transformadora: la capacidad de vivir pendiente de los demás.
El experto en psicología positiva y divulgador analiza el perfil de esas personas que operan en “modo servicio” y cómo esta actitud, lejos de ser un sacrificio, se convierte en una fuente de alegría y plenitud.
El “modo servicio”
Cuando ayudar es una forma de ser. Küppers describe con precisión a este tipo de personas: “Todos conocemos a personas que son así, que todo es para los demás. ¿Cómo puedo hacer que estés mejor? ¿Qué necesitas? ¿Cómo te ayudo?”.

Víctor Küppers, profesor y conferenciante
Ilustra este concepto con un ejemplo concreto: “Yo tengo una amiga que de esas que vas por la calle y dices: '¡Qué bonita esa camiseta!' Y sabes que al cabo de 15 minutos se las va a arreglar para venir con la camiseta y 'Aquí tienes la camiseta'”. Para estas personas, la ayuda no es una obligación sino una forma natural de relacionarse con el mundo.
La compasión en lo cotidiano
El ejemplo del lavaplatos. El experto aterriza este concepto en situaciones diarias que todos podemos reconocer: “Tú estás cenando con tu pareja, ella está agotada. Te toca, le toca a ella poner el lavaplatos, pues, coño, pues lo hago yo por ti. Eso es compasión”.

Lavar los platos a mano
Küppers reconoce la humanidad detrás de estos gestos: “Y cuando estás poniendo el lavaplatos, estás pensando: 'Coño, vaya mierda la compasión, siempre pringo yo'”. Esta honestidad sobre la resistencia inicial hace el mensaje más auténtico y alcanzable. La recompensa, sin embargo, llega después: “Pero después te sientes bien”.
La conexión entre servicio y alegría vital. El núcleo del mensaje de Küppers es la conexión entre esta actitud de servicio y el bienestar personal: “Estamos hablando de cómo vivir con buen humor, ¿eh? Estamos hablando de cómo vivir con alegría”.

Captura de vídeo
Esta perspectiva desafía la noción convencional de que priorizar a los demás significa descuidarse a uno mismo. Por el contrario, Küppers propone que es precisamente a través de la generosidad auténtica como se encuentra una mayor satisfacción vital.
Los pequeños gestos que cambian la vida
La grandeza de esta filosofía, según Küppers, reside en su simplicidad: “son esos gestos sencillos los que nos enseñan a vivir con alegría, con generosidad y con verdadera calidad humana”. No se trata de grandes sacrificios o actos heroicos, sino de la acumulación de pequeñas atenciones que crean un entorno de cuidado mutuo.
El divulgador enfatiza que esta actitud es “algo muy simple pero muy grande”, reconociendo que su valor está precisamente en que puede ser practicado por cualquier persona en cualquier circunstancia, sin necesidad de recursos especiales más que la voluntad de estar atento a las necesidades de quienes nos rodean.