¿Es posible sobrevivir en una gran ciudad europea sin dinero? Esta es la pregunta que Blake Robert, un creador de contenido estadounidense, se propuso responder con un experimento social y musical. Tras aterrizar en Barcelona, su único capital era su guitarra y su voz.
Lo que siguió fue un día de incertidumbre, pequeños actos de bondad y una lección sobre cómo la conexión humana puede ser la moneda más valiosa. Su vídeo, que es viral en TikTok, captura cada momento de este desafío, desde el encontronazo con la seguridad del aeropuerto hasta la cena finalmente ganada con esfuerzo.
El primer obstáculo
El desafío comenzó en el mismo aeropuerto. Nada más aterrizar, Blake se enfrentó a la primera barrera: el coste del transporte para llegar a Barcelona. “Acabo de aterrizar y el tren a Barcelona cuesta casi seis euros”, explicó al inicio de su vídeo.

El precio del billete de tren
Su primer instinto fue usar su talento. Preguntó a un trabajador si podía tocar su guitarra en las instalaciones para recaudar el dinero. La respuesta inicial fue ambivalente: “Por mí no hay problema, pero depende de los del aeropuerto”. Blake comenzó su actuación, pero no tardó en aparecer el personal de seguridad. “Vienen los de seguridad”, narró con cierto temor.
Sin embargo, la situación tomó un giro inesperado. Tras escuchar su historia, los agentes no solo no le reprendieron, sino que le ofrecieron una solución solidaria. “Está bien. Hay un autobús, el 46, vete”, le indicaron. Asombrado, Blake subió al vehículo sin pagar: “Me han puesto en un autobús random gratis. Veremos dónde me lleva”.

Captura de vídeo
La lucha por un espacio en las calles de Barcelona
Una vez en el centro de Barcelona, el siguiente reto fue encontrar un lugar donde poder tocar y conseguir algo de dinero. Se dirigió al Arco de Triunfo, un punto emblemático donde suelen congregarse artistas callejeros, pero se encontró con que todos los espacios buenos ya estaban ocupados.
La suerte le sonrió de otra manera. “Acabo de conocer a unas chicas italianas. Quieren que cante una de mis canciones”, relató. Este encuentro fortuito le dio su primera oportunidad de demostrar su arte y conectar con un público, aunque fuera pequeño.
Finalmente, logró hacerse con un hueco bajo el arco. Con su guitarra como única herramienta, se dedicó a tocar y cantar para los transeúntes, confiando en que su música le reportaría las monedas necesarias para comer y encontrar un lugar donde dormir.

Captura de vídeo
30 euros, unos tacos y una lección de humanidad
La perseverancia de Blake dio sus frutos. Tras una jornada de esfuerzo, logró recaudar algo más de 30 euros gracias a la generosidad de quienes se pararon a escucharle.
Con el dinero ganado, pudo permitirse una cena: “17€ para cenar unos tacos”. El resto del dinero lo destinó a buscar un alojamiento barato para pasar la noche, culminando así un día de auténtica supervivencia urbana con éxito.