“Por 1200 euros no me levanto”, sentencia un usuario en Instagram, tras escuchar que ese es el sueldo que paga Carlos Sancho a sus trabajadores recién contratados en su empresa de carpintería. Los jóvenes no eligen ser mano de obra en oficios técnicos como primera opción. Una curiosa paradoja, si tenemos en cuenta que en los últimos años en España existe una alta tasa de paro.
Las preferencias formativas de los jóvenes están puestas en la universidad, principalmente en los estudios vinculados a la tecnología o al sector servicios; empleos que se perciben como aquellos en los que hay que hacer “menos esfuerzo” y tienen un mayor reconocimiento social.
Los oficios tradicionales no parece ser algo que atraiga a los jóvenes.
Precisamente de esto se queja Carlos Sancho cuando explica que “a la gente joven no le gusta el trabajo”. Según afirma el carpintero en uno de sus últimos vídeos publicados en su perfil de Instagram, no solo en su gremio: fontaneros, electricistas, instaladores de aires acondicionados,... “Todo lo que sean trabajos manuales y físicos” está viéndose en una problemática: la falta de relevo generacional.
“La gente joven a la que hemos ido contratando se cansan y enseguida se van”, sentencia Sancho, alegando que esto sucede porque en cuanto hay que hacer algo de esfuerzo, los más jóvenes se ven sobrepasados. “Es un trabajo duro, porque hay mucha mano de obra”, apunta, explicando que una jornada puede incluir coger cristales, cosas que pesan, estar moviéndote todo el día y demás. “A la gente joven, la mayoría, no les gusta ese tipo de trabajo”.
El carpintero advierte que todos los trabajadores del sector están cumpliendo años, por lo que necesitarán relevos, más temprano que tarde. “Este año, después de diez años, hemos conseguido un chico de 23 años con muchas ganas y buena actitud”, dice, como si hubiese hallado un rara avis.
“Yo lo considero un problema, pero también puede ser una oportunidad para la gente joven que se empiece ahora a formar y tenga ganas de trabajar”, reitera, asegurando que a la larga podrán convertirse en grandes profesionales y “cobrar los precios que quieran”.
Carlos Sancho, carpintero con 15 años de experiencia.
Unas palabras que respaldan los datos. Los informes y análisis económicos recientes alertan sobre un aumento de vacantes en sectores como la construcción y la instalación (cuádruple de vacantes en ciertos periodos); además de tiempos de espera largos para reformas o servicios (meses), lo que apunta a ese problema de relevo generacional (BBVA Research, 2025).
Como era de esperar, sus comentarios han suscitado todo un debate en la red social. Muchos aseguran que si no encuentra a esos trabajadores jóvenes que tanto ansía quizá sea por los sueldos que paga o los horarios que les hace trabajar. “Cuando dices que los jóvenes no quieren trabajar, pero no enseñas ni horarios ni nóminas ni condiciones laborales, ya se sabe porque no encuentras gente”, le dice un usuario.
On la llegada de las nuevas tecnologías, el oficio de carpintero ha sufrido a la hora de formar profesionales.
Por decenas de comentarios como este, Sancho ha compartido recientemente otro vídeo en el que explica las condiciones laborales de su empresa. El carpintero, con 15 años de experiencia en el sector, comparte abiertamente que “una persona que no sabe nada o prácticamente nada ya empieza cobrando 1.500 euros brutos al mes”.
“Aquí se trabaja de 08:00 a 16:00 horas, con media hora de descanso para comer algo. Hay vacaciones, fin de semana libre y no se trabajan horas extra”, ha añadido.
Una explicación que, de nuevo, ha sembrado la polémica. Sobre todo, por comentarios como que “hay que perder tiempo” formando a los nuevos empleados.
“Un gran empresario si señor, ya con decir que formar a un empleado es perder tiempo y perder en materiales. Lo dice todo de tus pensamientos. Me gustaría que tus trabajadores pudieran hablar libremente para saber si opinan como tú de lo bien que están”, le recrimina uno. “¿Que está bastante bien 1500€ brutos? ¿Unos 1200€ netos al mes? Creo que vivimos en mundos distintos…“, asegura otro. “El equilibrio nunca deja a todos contentos. Pero hay algo que sí es verdad siempre: al que quiere trabajar y tiene ganas de aprender, lo quieren en todos lados”, sentencia otro.
La cultura digital y el emprendimiento compite con la idea del oficio tradicional
La realidad es que, aunque ciertos oficios se están revalorizando y, en la práctica, buenos profesionales llegan a cobrar bien; el salario de entrada suele ser modesto y muchas empresas prefieren contratar personal ya formado en vez de invertir en aprendices. Una combinación que reduce las oportunidades reales de “aprender trabajando” para jóvenes sin experiencia. Además, todavía hay desajustes entre la oferta formativa y las necesidades reales del mercado en determinados oficios: prácticas insuficientes, cursos teóricos sin experiencia real, y barreras para acceder a titulaciones profesionales en territorios concretos.
