La traición es una de las cuestiones más debatidas en el ámbito de las parejas sentimentales. Pocas situaciones provocan tanta aflicción, desconcierto y condena pública. No obstante, no todos los individuos son infieles por carecer de afecto, y esto es lo que detalla la psicóloga Marcela Cifredo, quien colabora con el programa de divulgación Somos Estupendas.
Contrario a la noción tradicional que sostiene que “si te engaña, no te quiere”, Cifredo postula que la experiencia emocional humana es considerablemente más intrincada. Ante la consulta explícita sobre si uno puede ser desleal a su compañero sentimental y, a pesar de ello, amarlo intensamente, la psicóloga contesta categóricamente: “Totalmente. Sí que es cierto que no en todas las infidelidades… pero también hay muchísimas otras personas que están completamente enamoradas, que la aman, que la quieren, que en el día a día la cuidan y aun así son infieles”.
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Su mensaje aborda uno de los tabúes más significativos: el amor no elimina de forma inherente la posibilidad de infidelidad, al igual que la atracción sexual hacia alguien más no anula una relación sentimental.
El rol de la disonancia cognitiva en la infidelidad
Cifredo señala que la contradicción interna experimentada por quien engaña posee una denominación específica en el ámbito de la psicología: disonancia cognitiva.
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Este suceso ocurre cuando alguien profesa ciertos principios, como la lealtad o la rectitud, pero lleva a cabo una conducta que los contradice. La especialista lo describe de esta manera:
“Cuando una persona tiene ciertos valores y hace un comportamiento que no va en consonancia con estos valores… eso te genera un malestar porque pierdes un poquito ese equilibrio”.
Esta disonancia interna genera malestar, remordimiento y la urgencia de explicar los hechos para que la incomodidad no sea abrumadora. Según se indica, el cerebro busca atenuar o dar una explicación lógica a la conducta para resguardar la autoimagen, aun cuando la acción se opone por completo a la percepción que uno tiene de sí mismo.
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Cifredo explains that many individuals are shocked when confronted with their own actions: “¿Cómo he podido hacer eso? Yo no pensaba que pudiera ser así”, a response frequently observed in communities with strong moral condemnation of infidelity.
¿Cuál es la razón de tanta controversia en torno a este mensaje?
La perspectiva de Cifredo resulta incómoda porque cuestiona un esquema sentimental que muchos perciben como inalterable: la idea de que si alguien te traiciona, es porque no te ama. No obstante, la psicóloga señala que las emociones humanas no operan en términos absolutos, y que comprender su complejidad no implica excusar el perjuicio causado.
Lo que sí permite es abrir conversaciones necesarias sobre:
- La diferencia entre amor, deseo y comportamiento.
- Las expectativas irreales que colocamos sobre la pareja.
- El papel de la culpa y la autoimagen en los procesos de reparación emocional.
Y, sobre todo, entender que abordar la infidelidad desde la perspectiva psicológica no implica respaldarla, sino más bien comprender sus causas.