Perdonarse a uno mismo es uno de los procesos más complejos de la vida emocional. No siempre tiene que ver con lo que hicimos, sino con lo que no supimos hacer en determinados momentos. Así lo explica el psicólogo y creador de contenido Farid Dieck, cuya reflexión se ha viralizado en TikTok por su capacidad para conectar con quienes arrastran culpa, vergüenza o arrepentimiento.
En su vídeo, Dieck recuerda una frase del escritor Pablo d’Ors que resume el corazón del asunto: “Es absurdo condenar la ignorancia pasada con la sabiduría presente”. Una idea tan sencilla como liberadora.
Pablo d´Ors
Perdonarse no es olvidar
Dieck insiste en que el reproche constante hacia nuestra versión pasada suele basarse en una trampa mental: juzgar a quien fuimos con herramientas que entonces no teníamos.
“A veces cuesta perdonarse. Pero no por lo que hiciste, sino por lo que no supiste hacer con lo que te pasaba”, afirma. Y añade que muchas de las decisiones que hoy nos avergüenzan fueron, en realidad, intentos torpes pero sinceros de buscar alivio cuando no sabíamos gestionarlo de otra manera.
Farid Dieck
Compararnos con nuestra versión actual, más madura, más informada, más consciente, solo alimenta la culpa, cuando lo necesario es reconocer que aquella persona que fuimos estaba “confundida, herida, intentando sobrevivir con lo que sabía en ese momento”.
La psicología lo respalda
La autocompasión es clave para la salud mental. La idea que plantea Dieck no es nueva en la literatura psicológica. Investigadoras como Kristin Neff, pionera en el estudio de la autocompasión, señalan que aprender a hablarnos con amabilidad y reconocer nuestras limitaciones sin autocastigo es esencial para reducir la ansiedad, mejorar la resiliencia y evitar patrones de culpa recurrentes.
Diversos estudios publicados en Journal of Positive Psychology y Clinical Psychological Science indican que la autocompasión ayuda a:
- Regular mejor las emociones difíciles.
- Disminuir la rumiación mental, es decir, darle vueltas de forma obsesiva a lo mismo.
- Impulsar cambios saludables, ya que no nacen del miedo, sino de la comprensión.
- Fortalecer la autoestima estable, no condicionada por el éxito o el fracaso puntual.
La reflexión de Dieck encaja de lleno en esta línea: para crecer emocionalmente, antes hay que soltar la culpa que estanca.
Captura de vídeo
Dejar de castigarse: un acto de madurez
Perdonarse no implica justificar lo que hicimos, sino entender por qué lo hicimos. Supone aceptar que:
- No siempre tuvimos las herramientas que tenemos ahora.
- Actuamos desde nuestra capacidad emocional de ese momento.
- El aprendizaje llega, muchas veces, después del error.
Dieck lo resume en una frase que funciona casi como un punto de partida para quien desea reconciliarse consigo mismo: “Quizás este sea un buen momento para empezar a perdonar a esa versión de ti”.
