En las muchas iniciativas en apoyo a los afectados por las inundaciones del País Valenciano siempre aparece la poesía de Vicent Andrés Estellés. La amplia obra del poeta de Burjassot contiene muchos poemas que hablan del agua. En Mural del País Valencià leemos, por ejemplo: “M’he criat ran de l’aigua, i sóc de l’aigua,/ fill indòmit de l’aigua i l’alegria “. Marc Giró, para abrir su programa Late Xou en La 2 de Televisión Española declamó en VOSE: “L’escala en la foscor, prop, la remor de l’aigua rebotant durament a la pedra...” Pero quizá el poema más citado de Estellés estas semanas sea el incluido en Llibre d’exilis (1971): “El fang, la pluja, el fang, els carrers plens de fang, / l’aigua, l’aigua caient, a dolls, de les teulades;/ els carrers plens de fang, les sabates amb fang/ la boira, el caseriu i l’esgarrany d’un arbre./ El fang, la pluja, el fang, unes coses humides./ He vist coses. Finestres, i genolls, i cistelles,/ i ascensors, i prospectes, i he vist la sang dels parts/ (i l’he sentida caure brutalment al poal),/ i he vist mercats, i grills, i claustres, i telèfons,/ i avets, i pèls suats, i gavines, i llànties./ He plorat molt. He vist coses. He plorat molt”.
Si fuera por el actual gobierno valenciano, Estellés estaría más mudo que Mazón el 29-O
Resulta pertinente recordar que el pasado 4 de setiembre fue el centenario del nacimiento del poeta y que la mayoría de actos que lo conmemoraron fueron posibles porque la Generalitat de Catalunya impulsó el Any Estellés y la Institució de les Lletres Catalanes se ocupó de ellos. Si fuera por el actual gobierno valenciano, Estellés hubiera estado más mudo que Mazón el 29 de octubre. La comisaria del Any Estellés es la poeta Àngels Gregori (Oliva, 1985), cuyo último libro Jazz (Proa, 2023) es una pura maravilla. Gregori debutó ganando el premio Amadeu Oller 2003 a los dieciocho años. Pero dos años antes ya había ganado un premio en un concurso literario muy peculiar que convocamos en 2001 aquí en La Vanguardia . Se llamaba “El detector de plagios”. Cada semana yo publicaba dos poemas, uno en catalán (Foix, Ferrater, Marçal, Brossa, Estellés...) y uno en castellano (Lorca, Alberti, Paz, Gil de Biedma...) hechos mediante la técnica medieval de los centones, es decir, recombinando versos prestados de un poeta con dos limitaciones: nunca ningún verso incompleto ni dos versos seguidos. Los lectores tenían que adivinar el poeta y de qué poema procedía cada verso. Todo esto en 2001, con Google en pañales, por lo que debían hojear muchos libros para descubrirlo. Recuerdo que Àngels Gregori vino a recoger el premio a la histórica redacción de La Vanguardia en la calle Pelai con sus padres y confesó que el poeta que le había hecho pasar más horas en la biblioteca de Oliva para localizar los versos prestados era Vicent Andrés Estellés, poeta prolífico a quien, con dieciséis años, leyó a fondo.