Un arma ligera y preciosa: así son las flechas más antiguas halladas nunca en Europa

Arqueología

Un estudio desvela la tecnología del tiro con arco de hace 7.000 años, con cuerdas a base de tendones animales y proyectiles lujosos

Las tres flechas neolíticas estudiadas

Tienen 7.000 años: detalles de las flechas neolíticas halladas en una cueva de Granada 

Projecte MUTERMUR

Eran tan valiosas que sus dueños se las llevaban a la tumba. Un estudio sobre armas del Neolítico que publica este jueves la revista Scientific Reports ha podido diseccionar con detalles nunca vistos cómo eran las flechas y las cuerdas de arco que usaban hace alrededor de 7.000 años las sociedades que habitaban en el sur de la península ibérica.

Se trata de tres flechas, fabricadas con madera de olivo, sauce y caña (una combinación inédita), con plumas de ave en la parte posterior, puntas de madera y tintadas con betulina o barniz de abedul, lo que podría corresponder a una decoración lujosa, así como dos cuerdas de arco creadas con tendones de cabra, corzo y jabalí (o cerdo) y que son las más antiguas halladas hasta ahora en Europa.

Este material de caza fue depositado en una tumba colectiva en la Cueva de los Murciélagos de Albuñol, en Granada, y fue descubierto hace más de un siglo por mineros que trabajaban en la zona.

La Cueva de los Murciélagos, en un área de difícil acceso

La Cueva de los Murciélagos, en un área de difícil acceso

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Era otra época, sin sensibilidad por esta clase de hallazgo, y el yacimiento quedó arrasado. Un estudioso local, Manuel de Góngora, entendió la importancia de aquellos bienes y salvó una parte, llevándola al Museo Arqueológico Nacional, en Madrid, donde ahora han podido ser estudiados en profundidad.

En el sepelio había también cadáveres, cuyo rastro se perdió entre el tiempo y los traslados.

“Los objetos dejados en la cueva probablemente tenían mucho significado simbólico. Fueron colocados en una cueva funeraria con el difunto, y parece probable que fueran objetos personales que pertenecieron a la persona que fue enterrada allí”, detalla a La Vanguardia por correo electrónico Ingrid Bertin, autora principal de la investigación.

“El acto de dejar atrás estos objetos también pudo estar relacionado con creencias sobre la vida y la muerte, aunque no podemos asegurarlo. Es posible que la comunidad lo viera como una forma de honrar a los difuntos o de asegurarse de que eran recordados, o quizá incluso de ayudarles de alguna manera tras la muerte. Pero no sabemos exactamente qué creían con respecto a la muerte”.

Los objetos dejados en la cueva probablemente tenían mucho significado simbólico"

Ingrid BertinArqueóloga

Las tres flechas revelan datos inéditos en la historia de las armas: por ejemplo, que podrían no serlo, en un sentido estricto. Corresponden a tres proyectiles de una época, el Neolítico, en que las tribus humanas ocupan asentamientos más o menos fijos donde se vive de la agricultura, un invento por entonces reciente. En una tumba, las flechas forman parte de un ajuar, de los objetos importantes para el difunto. Pero no es seguro que tuvieran entonces un uso cinegético ni de defensa o ataque. Quizás son sólo un símbolo.

El descubrimiento de la caña es importante. Durante décadas se especuló con su uso en las flechas, y este estudio lo confirma. La combinación de las tres maderas permite fabricar proyectiles con “una sección frontal dura y densa, complementada por una parte trasera ligera, lo que mejora significativamente las propiedades balísticas de las flechas, cuyas puntas son de madera sin proyectiles de piedra o hueso. Futuros experimentos podrán aclarar si estas flechas pudieron usarse para la caza o el combate a corta distancia, o si podrían haber sido flechas no letales”, expone Bertin.

La investigación revela una sofisticación técnica excepcional en los equipos de tiro con arco, con rasgos únicos para la época. Están fechadas entre el 5.300 y el 4.900 aC.

“La betulina recubre las flechas y que sepamos no tiene una función específica, más allá de impermeabilizar, con lo que pensamos que pudo ser decorativa. Sigue un cierto patrón de líneas diagonales” explica por teléfono a La Vanguardia Raquel Piqué, investigadora del Departamento de Prehistoria de la UAB y coordinadora del estudio.

La betulina recubre las flechas y que sepamos no tiene una función específica, más allá de impermeabilizar, con lo que pensamos que pudo ser decorativa"

Raquel PiquéArqueóloga

Las cuerdas de arco fueron creadas con tendones de tres animales diferentes, retorcidos entre sí para crear cuerdas de longitud y flexibilidad suficiente. Son de una gran precisión y dominio técnico. Conservan parcialmente las plumas que les debían dar estabilidad y precisión en el tiro, pero apenas queda el nervio central y no se sabe (por hoy) de qué ave son. Hay estudios de ADN en marcha.

Las condiciones ambientales, sin apenas humedad, son las responsables de que se hayan conservado de manera excepcional esos objetos. Quedaron más o menos “momificados” por el ambiente seco y salado de la cueva, a apenas siete kilómetros de la línea de costa actual, y de ese modo se ha podido analizar con qué se fabricaron. Además del olivo, el sauce y la caña se sabe que la película que cubre la superficie de las flechas es de brea de abedul, una especie de barniz de gran valor en la época. Esta especie no es de la zona, lo que implica un transporte largo y quizás alguna fórmula de comercio o intercambio. La cueva era sólo cementerio, sin estratigrafía. El yacimiento más cercano es el de Zacatín, un abrigo en la roca.

La Cueva de los Murciélagos es de difícil acceso y fue descubierta en 1831 por Juan Martín, un vecino de la zona. Fue el primero en descubrir allí una gran cantidad de excrementos de murciélago.

Las sandalias de esparto halladas en la Cueva de los Murciélagos

Las sandalias de esparto halladas en la Cueva de los Murciélagos 

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En los años 70 del siglo XIX se descubrió plomo en la zona y comenzó a extraerse. Fueron aquellos mineros los que descubrieron los cuerpos parcialmente momificados de 68 individuos, según publicó National Geographic, además de punzones de hueso, puntas de flecha, herramientas de piedra, restos de cestos y de una veintena de sandalias de esparto.

El estudio sobre éstas fue presentado en septiembre de 2023 con una fascinante conclusión: son los zapatos más antiguos revelados nunca en Europa.

Las de esta cueva no son las primeras flechas conocidas en Europa. Ya se encuentran puntas de piedra del Paleolítico Superior, muy anteriores.

Un artículo científico reciente sitúa las de la cueva Mandrin (cerca de Valence, sur de Francia) en 54.000 años atrás; sería la primera evidencia del uso de flechas en Europa.

El primer arco del que se tiene constancia se halló en Stellmoor (Alemania) y fue fabricado hace unos 10.000 años.

Un equipo del Institut de Ciencia i Tecnologia Ambiental de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB) lideró el estudio, en el que también han intervenido expertos de las universidades de Alcalá de Henares (UAH) y de la Costa Azul (Francia), del Instituto de Ciencias del Patrimonio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y del Centre National de la Recherche Scientifique francés.

La investigación se ha desarrollado en el marco del proyecto CHEMARCH (MSCA-ITN-EJD, “The chemistry and molecular biology of prehistoric artefacts”) financiado por el programa Horizon 2020 de la Unión Europea.

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