Piedad financió desde un principio la afición de su hijo, J.A. Bayona, por el cine. Cuando era pequeño le compró las entradas para ir a ver películas al Río, el Victoria, al Niza, al Astoria o al Urgell, pagó sus primeras producciones y se encargó de los cáterings de los estrenos en casa.
“Seguro que Piedad y Juan Antonio, los padres de Bayona, están encantados con todos los premios que ha recibido su hijo. Este no es el más ostentoso, ni el más importante, pero les llegará al corazón porque es una muestra de orgullo que esta ciudad siente por un chico de la Trinitat Vella”, aseguró esta tarde el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, al entregar al cineasta la Medalla al Mérito Cultural.
“Rodaba cortos en casa, usaba la tostadores para hacer humo y explotaba las figuritas del belén con petardos de San Juan”
Además de Piedad, tuvo mucho que ver en la formación cinematográfica del niño Bayona su profesor de sexto de EGB, Luis Rey. “Yo daba una extraescolar de cine, pero por alguna razón, J.A. acabó inscrito en la clase de ganchillo. No se conformó y construyó una cámara fotográfica casera. Iba por todas partes tomando fotos hasta que al siguiente año rectificó y se apuntó a un curso nocturno de cine que yo impartía donde descubrió a los hermanos Lumière y a los Marx, pero sobre todo a los expresionistas alemanes”, contó Rey en una intervención que emocionó al cineasta y a buena parte del público congregado en el Saló de Cent del Ayuntamiento.
Para Bayona, su antiguo profesor “es un héroe”. “Cuando lo conocí en sexto ya tenía un premio de la Generalitat por acercar el cine a los niños. Todo un mérito en barrios como el mío, del que recuerdo la pobreza, la delincuencia y el mundo de la droga en los años 80. TV3 no venía nunca por allí hasta que una vez el Vaquilla se escapó de la prisión del barrio, que era lo más famoso que teníamos. También se rodó una vez una película: El Pico 2 , de Eloy de la Iglesia”, señaló el cineasta durante su discurso de agradecimiento.
Gracias a sus padres, los niños Bayona, Maite, Carlos, Eva y Juan Antonio, se vieron alejados de ese entorno y el adolescente Jota pudo dedicarse a lo que más le gustaba: hacer películas. “Rodaba mis cortos en casa con una cámara de súper 8 que me prestó el profesor Rey. Usaba la tostadora para hacer hubo y explotaba las figuritas del belén con los petardos que habían sobrado de San Juan”, recordó Bayona.
Ahora, tiene todos los medios a su alcance. Ha dirigido cintas tan exitosas como El orfanato (2007), Lo imposible (2012), Un monstruo viene a verme (2016), Jurassic World: el reino caído (2018) y La sociedad de la nieve (2023). Se ha llevado un montón de Goyas y ha estado nominados a los Oscars.
Bayona ha vivido largas temporadas en Inglaterra, Irlanda, Nueva Zelanda, Tailandia o Uruguay para rodar sus películas. La gente se extraña cuando se lo encuentra en Las Ramblas: “Pensaba que vivías en Los Ángeles”, le dicen.

un momento del acto de esta tarde
Pues no. “No cambiaría Barcelona por ningún otro lugar del mundo. Cuando sueño con mi casa no es la del Eixample, es la de Trinitat Vella donde vivía de pequeño. Me siento orgulloso de las gentes de mi barrio, humilde y muy trabajadora, de una generación que llegó sin nada y a la que, tras una entrada un tanto difícil, la ciudad acogió”, concluyó el cineasta.