En el año que dejamos atrás, Tamara Rojo se asentaba en San Francisco como nueva directora del ballet de la ciudad, con muchas ideas sobre cómo salvar el arte de la deriva tecnológica de la IA. Sidi Larbi Cherkaoui encontraba la horma de su zapato como responsable del Ballet du Grand Théâtre de Genève: en Suiza, decía, se siente más acogido que en su Flandes natal. Barcelona recibía la siempre exclusiva visita de la más grande bailarina del sigo XXI, Natalia Osipova, quien conversó con La Vanguardia online, como los dos anteriores. Desde San Petersburgo conectó también con este diario Nacho Duato, dispuesto a tener un pie en España a través de su nueva compañía joven y sus habilidades como director escénico de óperas que ha desarrollado en Rusia. Y finalmente, Sergio Bernal se desnudaba charlando de Ser, su show más personal.

Tamara Rojo
La bailarina española está dispuesta a revolucionar el ballet desde su nueva posición como directora del Ballet de San Francisco. No concibe compartir calle con las empresas tecnológicas en esta capital californiana sin ser ella misma una líder en innovación. Solo siendo parte de este proceso del diseño del futuro siente que podrá contribuir a que la IA transforme las artes escénicas sin destruir la profesión artística.
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Sidi Larbi Cherkaoui
El indomable e invertebrado Sidi Larbi Cherkaoui (Amberes, 1976) se declaraba más maduro, libre y estable siendo director del Ballet du Grand Théâtre de Genève, formación con la que aterrizó en el Liceu de Barcelona: "En mi país, ni ganar dos Olivier o nominarme a los Tony era suficiente para dejar de hacerme sentir ciudadano de segunda”, declaraba a La Vanguardia el coreógrafo que hace bailar a Madonna, Beyoncé o Lady Gaga. Todas las culturas caben en ese ser sensible de imparable imaginación cuyo apellido marroquí (la madre es flamenca) hizo que algunos en su propio país no le consideraran digno de ser belga.
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Natalia Osipova
La bailarina moscovita sigue brillando en el Royal Ballet de Londres pero ha comenzado a girar por su cuenta, con galas y shows concebidos por ella y para sí misma. La más extraordinaria de las bailarinas de la era moderna por su carisma y esa rara forma que tiene de olvidarse de los límites del cuerpo, se mostraba a sus 37 como una artista genuina y asertiva, dispuesta a combinar clásico y contemporáneo en una misma pieza: "Es realmente difícil: debería ver mis moratones”. Su objetivo era durar una década más en el clásico e ir más allá en el contemporáneo.
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Nacho Duato
El coreógrafo valenciano, que ya se ha ido acostumbrando a volar a España desde San Petersburgo dando la vuelta al mundo vía Estambul, vía Casablanca, hablaba de su experiencia al frente del Teatro Mijáilovski, en el que aterrizó hace ya 14 años. Pero también de su época dorada y su Jardí Tancat, y de su nuevo proyecto en tierras españolas: esta academia que ha fundado en el estudio que fue de Antonio el Bailarín en Madrid y que le ha llevado rápidamente a contar con una compañía joven que lleva el nombre de Duato. En agosto la presentó en Catalunya, en el festival Porta Ferrada.
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Sergio Bernal
Sergio Bernal (Madrid, ) se desnudaba ante este diario acerca de sus dudas artísticas y la construcción de su personaje, el del bailarín/bailaor más sexy de la escena española, el que se disputan las portadas del cuché pero que al que han martirizado las expectativas creadas y la inseguridad en la expresión del baile. De eso, más o menos, iba el show Ser con el que presentaba en Barcelona su propia compañía. Una puerta a la libertad, a la del artista que aspira a disfrutar –y no sufrir– de su arte.
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