Deben conocer a Toni Ayala (Barcelona, 1974) como periodista de este diario, claro, pero quizá no saben que –como tantos otros, de acuerdo– tiene otra vida, no la típica familiar, ni dedicada váyase a saber a qué que haya que esconder, sino que es escritor, razón por la cual se hizo periodista y que finalmente ve la luz en un primer libro que trata justamente la posibilidad –o la necesidad, o la causalidad, incluso– de reinventarse tantas veces como haga falta. Se titula Segona vida (Pensódromo) y reúne veinte relatos que además de este tema principal toca otros tan actuales o incluso más.
Lo empezó a escribir en el 2017: “En esa época hice un cambio de vida por muchas circunstancias, personales y profesionales. Siempre que estoy en una situación un poco tensa, delicada anímicamente, escribo”. Una de las personas que leyó entonces la mayoría de los relatos fue el ilustrador Miquel Fuster (Barcelona, 1944-2022), que precisamente había vivido ya unas cuantas vidas, pues después de haber disfrutado del éxito como artista de cómic acabó durante unos años en la calle hasta que gracias a la Fundació Arrels consiguió remontar. Uno de los que le dio una oportunidad fue precisamente Ayala, que le propuso una serie en el diario 20 Minutos, a partir de la cual se hicieron amigos y le pidió que ilustrara sus relatos: “Me pareció muy buen artista, y ¿quién mejor que él para ilustrar estos cuentos que hablan de segundas vidas?”. El libro, así, también es un homenaje, como lo es la voluntad de escribir “qué pasaría si unas personas que son invisibles, como las personas que viven en la calle, son capaces de salvar el mundo”, y lo hace cogiendo el esquema de El señor de los anillos, hasta manteniendo los nombres, pero llevándolos de Barcelona a los volcanes de la Garrotxa.
También reinventa unos Romeo y Julieta puestos al día entre alquimistas, buscando la manera de retener el amor, porque este sentimiento sobrevuela todo el libro, como por ejemplo en 6 en 1, en que narra cómo cambian las vidas de seis personas en los 33 minutos que pasaron durante la gran remontada del Barça al PSG el 8 de marzo del 2017, entre el gol de Edinson Cavani y el de Sergi Roberto, un tiempo en el que convergen en parejas personas de mundos y esferas diferentes, tanto sociales como geográficas.
El autor sitúa el libro en una Barcelona que “se ha transformado en un decorado de cartón piedra y ha perdido su esencia”
Ayala escribe con estilos muy diferentes tomando modelos como el realismo mágico de García Márquez o el absurdo aparente de Quim Monzó y Pere Calders, o el nuevo periodismo de Truman Capote, y además se adentra a menudo en la ciencia ficción o en la fantasía. “Son referentes que me ayudan a explicar la idea que quiero de una forma más amena”, explica, y añade que “hay un componente de crítica y reivindicación social muy fuerte, porque sobre todo quería que fuera una reflexión sobre la deshumanización de nuestra sociedad”, entendida globalmente, pero muy centrada en Barcelona, que une todos los hilos y es casi un personaje más del libro: “Es una Barcelona que ya se ha perdido, que se empezó a transformar en el 2004, cuando se sacaron de la manga el Fòrum de les Cultures para intentar transformar urbanísticamente una parte de la ciudad, y lo hicieron de modo que pudiera acoger grandes acontecimientos, como se ha visto no solo con festivales de música sino recientemente con la Copa del América, que cierra un ciclo de veinte años, porque el movimiento vecinal se ha desviado hacia los lobbies y los bloques ideológicos y la ciudad, deshumanizada, se ha transformado en un decorado de cartón piedra y ha perdido su esencia”.

Toni Ayala