La primera película española protagonizada por una actriz sorda emociona en la Berlinale

'Sorda'

Eva Libertad estrena en la sección Panorama su ópera prima, que explora los desafíos que surgen en una pareja al tener un bebé potenciados por el encuentro de los mundos sordo y oyente

Álvaro Cervantes y Miriam Garlo en una escena de la película

Álvaro Cervantes y Miriam Garlo en una escena de la película

A contracorriente films

Con el cortometraje Sorda (2021), las directoras Eva Libertad y Nuria Muñoz estuvieron nominadas al Goya por una historia sobre una pareja con problemas de comunicación -él oyente y ella sorda-que se plantea la posibilidad de tener un hijo. No acabó logrando el cabezón pero el relato tuvo una acogida excepcional, fue seleccionado en más de 110 festivales nacionales e internacionales y recibió más de 60 premios. Estaba protagonizado por Miriam Garlo, hermana en la vida real de Libertad, una artista multidisciplinar que perdió la audición a los siete años. Ahora, el corto ha pasado a película -rodada íntegramente en Murcia con un equipo mixto catalán murciano-y explora los desafíos que surgen en la pareja al afrontar la maternidad y paternidad potenciados por el encuentro de los mundos sordo y oyente. 

Ángela tiene una comunicación especial con sus perros

Ángela tiene una comunicación especial con sus perros

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Sorda es la principal representante española que se proyecta en esta 75ª edición de la Berlinale. Concursa en la sección Panorama, la segunda en importancia del certamen, donde este sábado ha sido recibida con entusiasmo. “Es un sueño hecho realidad y estamos super felices de estrenarla en Berlín”, afirma Libertad, que ha dirigido en solitario el largometraje. En marzo, Sorda optará a la Biznaga de Oro del Festival de Málaga y aterrizará en las salas el 4 de abril. “Cuando terminamos el corto me quedé con la sensación de que quedaba muchísimo por contar y además la experiencia de dirigir a Miriam fue maravillosa y tomé conciencia de que tenía una actriz increíble al lado y las dos queríamos seguir trabajando juntas”, explica la directora en conversación con La Vanguardia sobre la necesidad de ampliar el universo de esta historia que nació “cuando Miriam me habló de sus miedos y sus inquietudes al preguntarse si quería ser o no madre”. 

La pareja celebra el cumpleaños de una de las amigas de Ángela

La pareja celebra el cumpleaños de una de las amigas de Ángela

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Eva empezó a investigar e hizo entrevistas a madres sordas “para que me contasen sus experiencias durante el embarazo, el parto y la crianza y saber cómo cambiaba la relación con sus parejas y sus familias”, afirma la realizadora murciana. “Al final es una historia construida por completo, ficcionada pero con cierto sustrato real por esas entrevistas”. Confiesa que la sordera de Miriam no tiene nada que ver con  la de Ángela, su personaje en el filme, -la de Ángela es más profunda que la de la actriz- y que hay tantas maneras de ser sorda en este mundo como de ser oyente. “No hay una tipología en absoluto de sordera. Ángela es un personaje singular que no es representante de las mujeres sordas. En realidad esta película nace de un deseo de hablar del vínculo entre el mundo oyente y el mundo sordo y cómo se transforma con la maternidad. De las luces y las sombras, de los conflictos, del amor... y yo necesitaba una protagonista sorda cuya pareja fuese oyente y cuyos padres fuesen oyentes“. 

Esta película nace de un deseo de hablar del vínculo entre el mundo oyente y el mundo sordo y cómo se transforma con la maternidad. De las luces y las sombras, de los conflictos, del amor...

Eva Libertad

Es el mismo caso de Miriam. ”Yo puedo contar esta historia y sé de sordera porque mi hermana es sorda. No sé de ninguna otra discapacidad porque en esta sociedad no se nos sensibiliza para relacionarnos ni para gestionarnos en relación a la diferencia”. En el filme, la protagonista vive en un ambiente idílico en una casa con huerto y perros y va a tener un bebé con Héctor, su pareja oyente, encarnado por un magnífico Álvaro Cervantes, que estuvo un año aprendiendo la lengua de signos. El embarazo hace aflorar sus miedos frente a la maternidad y sobre cómo podrá comunicarse con su hija. 

Eva Libertad da instrucciones a los actores en un momento del rodaje

Eva Libertad da instrucciones a los actores en un momento del rodaje

La llegada de Ona supone un cambio en la relación de pareja y lleva a Ángela a afrontar la crianza en un mundo que no está hecho para personas que no pueden oír. “Ángela y Héctor viven en una especie de burbuja donde todo funciona muy bien hasta que de repente llega la niña y todo estalla porque tienen que abrir esa burbuja al mundo”, dice la realizadora, que se refiere a Ángela como alguien que “es dueña de su vida” y tiene un trabajo -es alfarera- que le gusta. “Igual que Miriam, que es artista, actriz, hermana, hija, pareja de su pareja y además es sorda, que es algo que le atraviesa fundamentalmente pero su despliegue en el mundo pasa por otro montón de facetas. En el caso de Ángela, a través de la maternidad vuelve a tener que hacer frente a inseguridades que pensaba que tenía superadas”.

Nunca jamás por mucho que nos esforcemos las personas oyentes nos podemos equiparar al sobreesfuerzo que continuamente está haciendo una persona sorda

Eva Libertad

La realizadora asegura que con Ángela “no quería hacer un personaje que fuera ejemplar. Quería hacer una mujer humana con sus contradicciones y que tuviera un compañero que tuviese inteligencia emocional, que fuese capaz de cuidar”. Sostiene que, en el fondo, “Héctor es una suerte de trasunto mío porque llevo todo mi vida acompañando a Miriam, cometiendo torpezas, aprendiendo y demás y he puesto muchas de mis torpezas en él”. Y es que, tal y como admite la cineasta, “nunca jamás por mucho que nos esforcemos  las personas oyentes nos podemos equiparar al sobreesfuerzo que continuamente está haciendo una persona sorda cuando se despliega en este mundo”. 

De Cervantes habla maravillas. “Pensamos en él, planteamos hacer una prueba con los dos y desde entonces no hubo ninguna duda. Tiene una sensibilidad, una curiosidad tremenda y ya había tomado algunas clases de lengua de signos para improvisar con Miriam. Se entregó mucho desde el principio, abrió sus oídos para poder entender más sobre la sordera”, admite. “Y pudimos construir ese vínculo tan bonito entre sus personajes”.  Libertad opina que “Ángela está preparada para el mundo pero el mundo no lo está para ella” y que “la barrera que tiene que saltar la comunidad sorda para llegar a la cultura sigue siendo enorme”. 

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“Hay que educarnos no solo para la sordera -agrega- sino para relacionarnos con la diversidad porque si no establecemos guetos”. Cuestionada por sus referentes cinematográficos, Libertad responde: “Siento que hay muchas películas que me han ido acompañando y han dejado poso durante el proceso pero a nivel temático hay pocas películas sobre la sordera”. Y cita como ejemplos Hijos de un dios menor, “una maravilla”, o El milagro de Ana Sullivan. Eva Libertad espera que Sorda logre que el público se haga preguntas porque “al final esta película la hemos hecho para que llegue a la mayor cantidad de gente posible”. 

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