Las casas no siempre fueron tan cuadradas. Las actuales estructuras con paredes planas y esquinas de ángulos rectos nacieron en Oriente Próximo durante la revolución neolítica y se expandieron por todo el mundo, dejando de lado las formas redondeadas habituales en épocas más remotas.
Investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén trataron de averiguar como fue ese salto arquitectónico. Estudiaron 118 construcciones de hace entre 15.000 y 8.500 años en 23 yacimientos distintos de la costa levantina mediterránea y del valle del río Jordán y descubrieron que la transición no fue homogénea. La variedad de plantas era mucho mayor de lo que se pensaba.
De redonda a rectangular
Según explican en un artículo que saldrá publicado en el número de marzo de la revista Archaeological Research in Asia, utilizaron computadoras para analizar el desarrollo de esos primeros asentamientos y vieron que los esquemas encontrados no encajaban con la clásica teoría del paso de casa “redonda a rectangular”.
Los arqueólogos digitalizaron los contornos de los edificios a partir de dibujos publicados y cuantificaron su morfología bidimensional. “Identificamos construcciones con ángulos rectos ya en el Natufiense y demostramos que la arquitectura temprana a lo largo del ese periodo y del Neolítico precerámico A está menos restringida por las convenciones formales”, escriben en el estudio.
Fotografía aérea de una estructura en el sitio natufiense de Nahal Ein Gev II, que muestra la variedad de formas empleadas en la construcción
La cultura natufiense se extendió en la región que ahora incluye Israel, Palestina, Jordania, Líbano y Siria entre el 10.800 y el 8.300 antes de Cristo. Esta sociedad de cazadores recolectores se caracterizó por vivir en pequeñas aldeas con cabañas de planta circular de unos 10 metros de diámetro hechas con paredes de caña y barro.
Las estructuras del Neolítico Precerámico A se construyeron con piedra, yeso de barro y ladrillos de barro secados al sol. El estudio identificó una variabilidad temporal clara en las tradiciones de vivienda y vinculó estos cambios con variaciones en la estructura social, la creciente territorialidad y las diferencias regionales.
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En esa época, las formas de las estructuras siguieron siendo bastante variadas, lo que sugiere que las convenciones formalizadas aún no se habían afianzado. Sin embargo, a medida que se llegó al Neolítico precerámico B (entre el 8.300 y el 6.600 a.C.), las formas arquitectónicas se fueron restringiendo, lo que posiblemente indica el surgimiento de tradiciones de construcción establecidas.
La mayoría de edificios de hoy en día sigue una geometría rectangular. Según se explica en un ensayo publicado en 2006 por el profesor Philip Steadman, del University College de Londres, la gravedad pudo desempeñar un papel clave en ese cambio de paradigma constructivo.
Uso eficiente del espacio
Los pisos planos, dice Steadman, brindan estabilidad a las personas y los muebles, mientras que las paredes verticales sostienen las cargas de manera eficiente. Otra idea es que los rectángulos favorecen el uso eficiente del espacio, ya que permiten agrupar las habitaciones sin desperdiciar espacios.
Por otro lado, las herramientas de construcción que se fueron desarrollando a través de la historia, como las escuadras triangularres y las que tienen forma de T (que cuentan con ángulos rectos), también habrían facilitado el diseño y la construcción de estructuras rectangulares.
