El palestino Basel Adra y el judío Yuval Abraham viven escondidos desde hace tiempo. Permanecen ocultos desde enero de 2024 cuando No other land, la película que codirigen sobre las duras condiciones de vida en Cisjordania, se alzó con el premio al mejor documental en la Berlinale.
La noche del domingo reaparecieron en Los Ángeles para recoger el Oscar al mejor documental y enseñar al mundo que su amistad es una muestra de que la paz es posible.
Cuando No other land empezó a cosechar premios internacionales, la guerra entre Israel y Palestina ya había comenzado. Pero la película se rodó antes de que arrancara el conflicto, mostrando que las tensiones vienen de muy lejos.
“Si viéramos la luz al final del túnel, iríamos hacia ella, pero siendo honesto ahora mismo no vislumbro ningún tipo de esperanza”, explicaba Yuval, junto a Basel, el pasado mes de julio en una entrevista concedida a La Vanguardia, durante su discreto paso por el Atlàntida Film Fest de Palma de Mallorca.
Quizá ahora, con este Oscar en sus manos, No other land y sus directores contribuyan al proceso de paz y a reducir la tensión entre los palestinos de Cisjordania y los colonos israelíes, que se remontan a 1967. Basel y su familia viven desde el siglo XIX en la comunidad de Masafer Yatta dedicados a la ganadería y la agricultura.
Una imagen de 'No other land'
La llegada de los colonos judíos trastocó su día a día. Muchos palestinos de la zona fueron expulsados de sus tierras y, en los años 90, llevaron el asunto ante los tribunales para tratar de recuperarlas, según relata No other land.
Fue un proceso largo, que se resolvió casi 22 años después, en el 2019, cuando los tribunales judíos fallaron que los territorios ocupados pertenecen a Israel y que en el pueblo de Basel debía instalarse un campo para el ejército israelí.
Una vez dictada la sentencia, los militares llegaron al lugar con armas y con excavadoras. Derrumbaron sin piedad las casas de los palestinos, que se vieron obligados a vivir entre los escombros o en las cuevas de la zona.
Los soldados israelíes tapiaron con cemento los pozos y destruyeron las canalizaciones de agua para impedir el normal desarrollo de una comunidad.
“A partir de 1999, vinieron al pueblo activistas internacionales que grabaron imágenes de las demoliciones y de la actuación de las tropas de Israel en el lugar”, contaba a La Vanguardia Basel, que tiene ahora 28 años y que acaba de ser padre de una niña, según desveló en la ceremonia de los Oscars.
Algunos de esos activistas, aunque pocos, eran israelíes, como Yuval, que también tiene 28 años. Yuval es un periodista que aprendió a hablar árabe y quiso ver y explicar lo que estaba ocurriendo en Cisjordania.
Así fue como los dos jóvenes se hicieron amigos y decidieron rodar este exitoso documental que muestra con toda la crudeza la grave situación que viven los habitantes de Masafer Yatta desde hace ya tantos años. El filme presenta la destrucción de las casas y las escuelas con excavadores por parte del ejército israelí y el sometimiento que sufre la población palestina.
Con el estallido de la guerra, las cosas empeoraron: “Los colonos se armaron y se convirtieron en nuestros carceleros, controlan nuestras vidas”, señalaba Basel en la citada entrevista. Ojalá el cine y el Oscar sirvan ahora para que las condiciones de vida de la población palestina mejoren en Cisjordania.





