La cautivación que no oculta el espectador cuando el mago sobrevuela todo el anfiteatro como movido por una fuerza invisible o el pianista levita desde el escenario sin dejar de tocar su melodía en el piano o el clamor que surge del patio de butacas cuando los personajes de Aladdin, Mary Poppins o Peter Pan se ven atraídos por la fantasía de surcar los cielos, es el mayor reconocimiento para los profesionales de Accialt Flying Effects, especializada en espectáculos voladores, que este año celebra su 25.º aniversario. Son elaborados efectos especiales de vuelo en los que se ha especializado la pequeña empresa familiar ubicada en Arenys de Mar (Maresme) que da vida a las historias fabulosas en los teatros y espectáculos que encandilan a los espectadores
Son efectos especiales que pocas empresas en el mundo son capaces de conseguir. Desde el local de una antigua bodega que la compañía ocupa, junto al mercado de Arenys de Mar, es fácil imaginar a Bill Gates ideando Microsoft o a Steve Jobs diseñando Apple desde sus diminutos garajes. Cada elemento del pequeño recinto revive un recuerdo: la bicicleta que se utilizó en el musical Mary Poppins o la alfombra en la que voló Aladdin con su amada cuelgan de las paredes junto a las poleas y cables, delicadamente ordenados y clasificados.
La firma empezó en 1999 apoyando los espectáculos de vuelo de Comediants en una de sus giras mundiales
Àngel y Josep Maria Pruna, junto a su sobrino Pol Vives, son el alma de Accialt Flying Effects, una firma que empezó en 1999 apoyando los espectáculos de vuelo de Comediants en una de sus giras mundiales. Tíos y sobrino cuentan con formación en escalada y trabajos en espacios verticales, a lo que inicialmente empezaron a dedicarse. Explican que “nos sorprendían los chinos cuando movían a los personajes por el aire de forma casi invisible” y se empecinaron en hacer algo parecido. Para ello, viajaron a Chicago, donde se ubica la empresa Vértigo, la mayor especialista mundial en vuelos acrobáticos, “que nos recibieron como si fuéramos de la familia” apostilla Àngel. “Nos adoptaron y nos permitieron descubrir este mundo apasionante”, dice Josep Maria, que reconoce que no existe ningún estudio de especialización en este ámbito.

Los hermanos Pruna, de Accialt Flying Effects Vols Escènics en Arenys de Mar
Allí conocieron los anclajes, las poleas, los cables de acero y todos los sistemas exclusivos que garantizan un espectáculo de vuelo sin apenas detectar el montaje que lo envuelve. Desde entonces, el pequeño garaje de Arenys bulle de innovación y pruebas. “Este dispositivo no lo podéis fotografiar, es un prototipo experimental que nos permitirá controlar más el vuelo”. Un sistema que, como se aprecia en la fotografía, es sencillo y con poco personal obtiene grandes resultados. “Podemos hasta dar volteretas suspendidos en el aire”.
Una técnica que han innovado y que les ha permitido “estudiar las inercias, los pesos y las dinámicas”, describen. “Es muy importante saber cómo trabajan las fuerzas para después escoger el material adecuado”. Así, por ejemplo, consiguieron que David Janer, el protagonista de la serie Águila roja, se desplazase por una pared vertical como un auténtico guerrero ninja o que el astronauta que encarna a Héctor Noas en la película Sergio o Seguei entrase en una atmósfera gravitacional desde una estación orbital rusa.
Hace unos meses fueron los artífices del vuelo de la popular Laura Escanes durante la gala de las Campanades de TV3 de fin de año que la modelo presentó junto alcantante Miki Núñez. “Todos son sistemas manuales, controlados por personas” que mantienen una gran sincronización para posibilitar los movimientos en el aire, mientras que los raíles y los sistemas de poleas, con los contrapesos, las cuerdas y los cables, se ocultan a la visión humana. “En el teatro, el 99% de los vuelos son sistemas manuales, no motorizados”, desvela Josep Maria.
En Accialt están en constante formación, “cada año viajamos a Estados Unidos para conocer los últimos avances” y compartir innovaciones y experimentaciones con nuevos materiales y poleas. Los ordenadores únicamente se utilizan para el diseño del espectáculo y para realizar los “constantes cálculos matemáticos” que permiten escoger los materiales más adecuados para la ocasión.
No trabajan con materiales estándar, sino que los elaboran artesanalmente y cortan los cables con elaborados sistemas láser. “Necesitamos saber en cada momento el tipo de anclaje que, por ejemplo, necesitará una persona de 100 kilos de peso” para evolucionar en el aire. “Hemos llegado a elevar a una persona hasta 30 metros de altura”, explican, para lo que usaron una grúa. “Somos conductores, regulamos la velocidad con las manos, sin motores” y riggers, como se define a los profesionales que aseguran las cargas pesadas.
Atrás quedan decenas de espectáculos que recuerdan con una memoria pormenorizada “porque cada uno es diferente y nos obliga a innovar y estudiar”. Uno de estos eventos que recuerdan con especial cariño fue el Castell Volador Speculum, con el que hicieron volar a 15 personas de la colla castellera Micacos de Badalona en el 2010.

Una imagen del vuelo de la protagonista en el espectáculo musical Mary Poppins .
Han hecho volar coches chinos en la Ciutat de les Arts de Valencia o una lavadora para un anuncio publicitario. “Nos llaman mucho las agencias de publicidad y de diseño” por las vastas posibilidades que ofrece el vuelo acrobático. Gracias a ello, han viajado por todo el mundo, desde Kuala Lumpur a los Emiratos Árabes, Sudamérica e incluso en un espectáculo en el estadio de los Chicago Bulls. “Si tú te lo puedes imaginar, nosotros lo hacemos volar” es el lema que más gusta a los Pruna para definirse.
De su archivo sobresalen otros espectáculos más locales en los que han participado, como el vuelo del Dragón de la Consueta de Sant Jordi en la catedral de Girona o las dos Passions de Olesa y Esparreguera, o en La Pesta de su pueblo natal, Arenys de Mar, donde realizan un recorrido vertical por el campanario . En la Casa de Campo de Madrid operaron los sistemas de vuelo de Imperial Ice Star durante el Peter Pan navideño del 2022 o el vuelo del alumbrado navideño en Sevilla hace seis años. Y así, cientos de espectáculos que les trasladan desde su pequeño refugio en el Maresme a todos los confines del mundo.